06-05-2014
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa explicó que "no se puede entender a un cristiano sin que dé testimonio”. Francisco dijo que este testimonio "supone incluso dar la vida”.
Francisco
"Cuando la Iglesia se encierra en sí misma, se cree, digamos así, una ‘Universidad de la religión’, con tantas bellas ideas, con tantos bellos templos, con tantos bellos museos, con tantas bellas cosas, pero no da testimonio, se vuelve estéril. Y el cristiano lo mismo. El cristiano que no da testimonio, se vuelve estéril, sin dar la vida que ha recibido de Jesucristo”.
Después, Francisco invitó a los cristianos a preguntarse cómo es su testimonio y añadió que el Espíritu Santo es el que ayuda a elegir el camino correcto en los momentos difíciles.
Extracto de la Homilía del Papa
(Fuente: Radio Vaticana)
"Martirio es la traducción de la palabra griega que también significa testimonio. Y así podemos decir que para un cristiano el camino va por las huellas de este testimonio, por las huellas de Jesús para dar testimonio de Él y, tantas veces, este testimonio termina dando la vida. No se puede entender a un cristiano sin que sea testigo, sin que de testimonio. Nosotros no somos una ‘religión’ de ideas, de pura teología, de cosas bellas, de mandamientos. No, nosotros somos un pueblo que sigue a Jesucristo y da testimonio –pero quiere dar testimonio de Jesucristo– y este testimonio algunas veces llega a dar la vida”.
"El testimonio, en la vida cotidiana, con algunas dificultades, y también en la persecución, con la muerte, siempre es fecundo. La Iglesia es fecunda y madre cuando da testimonio de Jesucristo. En cambio, cuando la Iglesia se encierra en sí misma, se cree –digamos así– una ‘Universidad de la religión’, con tantas bellas ideas, con tantos bellos templos, con tantos bellos museos, con tantas bellas cosas, pero no da testimonio, se vuelve estéril. Y el cristiano lo mismo. El cristiano que no da testimonio, permanece estéril, sin dar la vida que ha recibido de Jesucristo”.
"Y hoy pensando en estos dos iconos –Esteban, que muere, y la gente, los cristianos, que huyen, yendo por doquier por la violenta persecución– preguntémonos: ¿Cómo es mi testimonio? ¿Soy un cristiano testigo de Jesús o soy un simple numerario de esta secta? ¿Soy fecundo porque doy testimonio, o permanezco estéril porque no soy capaz de dejar que el Espíritu Santo me lleve adelante en mi vocación cristiana?”.
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