15-05-2014
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló de la identidad cristiana. Para el Papa, no tiene sentido hablar de un cristiano fuera de la Iglesia.
Papa Francisco
"Nuestra identidad cristiana es pertenecer a un pueblo: la Iglesia. Sin esto, no somos cristianos. Hemos entrado en la Iglesia con el bautismo y ahí somos cristianos”.
Francisco pidió a los cristianos que pidan la "gracia de la memoria”. Con ella, concluyó, podrán recordar todo lo que Dios hace por su Pueblo y también en sus vidas.
Extracto de la Homilía del Papa
(Fuente: Radio Vaticana)
«Pero, no se puede comprender un cristiano solo, como no se puede comprender a Jesucristo solo. Jesucristo no cayó del cielo como un héroe que viene a salvarnos y llega. No. Jesucristo tiene historia. Y podemos decir –y es verdad– esto: Dios tiene historia, porque ha querido caminar con nosotros. Y no se puede comprender a Jesucristo sin historia. Así como no se puede comprender un cristiano sin historia, un cristiano sin pueblo, un cristiano sin Iglesia. Es una cosa de laboratorio, una cosa artificial, una cosa que no puede dar vida».
«Un cristiano es un memorioso de la historia de su pueblo, es memorioso del camino que el pueblo ha cumplido, es memorioso de su Iglesia. La memoria... la memoria de todo el pasado... Después, este pueblo ¿a dónde va? Hacia la promesa definitiva. Es un pueblo que camina hacia la plenitud; un pueblo elegido que tiene una promesa en el futuro y camina hacia esta promesa, hacia el cumplimiento de esta promesa. Y, por ello, un cristiano en la Iglesia es un hombre, una mujer con esperanza: esperanza en la promesa. Que no es expectativa: ¡no, no! Es otra cosa: es esperanza. ¡Esa que no defrauda!»
«Pensemos –nos hará bien esto hoy– cómo es nuestra identidad cristiana. Nuestra identidad cristiana es pertenencia a un pueblo: la Iglesia. Sin esto no somos cristianos. Hemos entrado en la Iglesia con el bautismo: allí somos cristianos. Y por ello es importante tener la costumbre de pedir la gracia de la memoria, la memoria del camino que ha cumplido el pueblo de Dios. También de la memoria personal: qué ha hecho Dios conmigo, en mi vida, como me hizo caminar... Pedir la gracia de la esperanza, que no es optimismo: ¡no, no! Es otra cosa. Y pedir la gracia de renovar todos los días la Alianza con el Señor que nos ha llamado. Que el Señor no dé estas tres gracias, que son necesarias para la identidad cristiana».
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