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La Conferencia Episcopal de cada país
decidirá si en las celebraciones participa o no el pueblo
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La Santa Sede deja libertad para
posponer la misa crismal y suprime el monumento del Santísimo
La Pascua de 2020 será recordada como la del año donde los ritos de las diferentes
celebraciones quedaron reducidos a lo básico e
imprescindible, cuando no suprimidos.
Precauciones extremas contra el coronavirus. Por ejemplo, será imposible ver
durante el Jueves Santo al Papa lavando los pies a un preso o en ninguna
parroquia de España se encenderá la tradicional hoguera que da comienzo a la
gran Vigilia que anuncia la Resurrección de Cristo.
La Congregación para el Culto Divino
y la Disciplina de los Sacramentos ha
publicado un decreto titulado “En tiempo de COVID-19” en el que ofrece
“indicaciones generales y algunas sugerencias a los obispos” sobre la manera de celebrar la liturgia de la Semana Santa. El
documento, fechado el 19 de marzo, firmado por el cardenal Robert Sarah y
respaldado por el arzobispo secretario Arthur Roche reconoce que estas medidas
se adoptan como fruto del “difícil tiempo que estamos viviendo a causa de la
pandemia”.
Vida Nueva repasa de forma
esquemática las principales directrices marcadas
por Roma:
1/ La
fecha de la Semana Santa se mantiene
Doctrina de la fe considera inamovible la fiesta en tanto que es el “corazón del año
litúrgico” que se configura precedida por
la Cuaresma, el Triduo Pascual y “coronada” por Pentecostés.
2/ La misa
crismal se puede posponer
“El obispo, valorando el caso
concreto en los diversos países, tiene la facultad
de posponerla a una fecha posterior”, relata
el documento.
3/Jueves
Santo: misa sin pueblo, lavatorio ni monumento
Sobre la eucaristía del Jueves Santo,
“se concede excepcionalmente a todos los sacerdotes la facultad de celebrar en este día la misa sin el pueblo, en un lugar adecuado”. Incluso se dispensa a los sacerdotes que
no pueden celebrar la misa: “Rezarán las vísperas”. “El lavatorio de los pies, que es facultativo, se omite”, sentencia el decreto, en una clara referencia a un gesto que podría
ser foco de contagio del coronavirus. De la misma manera se suprime la
procesión y el monumento. “El Santísimo Sacramento se reserva en el sagrario”,
explicita la Santa Sede, sin hacer referencia a la llamada Hora Santa.
4/ Vienes
Santo, sin aclarar la adoración de la cruz
“En las iglesias catedrales y
parroquias, en la medida de la posibilidad real establecida por aquellos a
quienes compete, el obispo/párroco celebra la Pasión del Señor”, narra el
decreto vaticano que instituye una “especial intención por los enfermos, los
muertos, quien ha sufrido alguna pérdida”. El documento de Doctrina de la Fe no hacer referencia alguna a la
adoración física de la cruz, pero
se presupone que el gesto se elimina, al menos en países como España, en los
que los obispos ya han manifestado que se suprime todo gesto de veneración de
las imágenes como los besamanos y los besapiés.
5/ Domingo
de Pascua y Vigilia Pascual: sin fuego ni aspersión
El cardenal Robert Sarah de nuevo
deja en manos de los pastores su celebración “en la medida de la posibilidad
real”. En cualquier caso en el inicio de la eucaristía, “se omite el fuego, se enciente el cirio y, omitida la procesión, se
hace el pregón pascual”. También se omiten todos
los gestos de la liturgia bautismal y simplemente “se renuevan las promesas
bautismales”. De esta manera, se da por hecho que no habrá bautismo, bendición
de la fuente ni rito de aspersión al pueblo.
Como alternativa a no poder celebrar
la vigilia, se invita rezar el oficio de lectura para el domingo de Pascua.
6/ Las
procesiones, en septiembre
Por último, y como un anexo final,
una referencia a las “expresiones de piedad popular
y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo
Pascual”, se deja en manos del obispo
diocesano trasladas todas estas iniciativas pastorales. Es más, pone una fecha
como sugerencia: “Por ejemplo, el 14 y el 15 de septiembre”.
7/
Celebraciones telemáticas en directo, no grabadas.
El cardenal Sarah detalla en el texto
que los católicos pueden seguir las
celebraciones desde sus hogares a través de los medios de comunicación de forma
telemática. Eso sí, aclara que se seguirán “en
directo, no grabados”.
8/ La
Conferencia Episcopal de cada país decide
El Decreto detalla que “los obispos
darán indicaciones, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, para que en la
iglesia catedral y en las iglesias parroquiales, incluso sin la participación
física de los fieles, el obispo y los párrocos celebren los misterios
litúrgicos del Triduo Pascual”. Eso sí, Culto Divino pide a los pastores que
avises a los fieles del inicio de la celebración para que “puedan unirse en oración desde su propias casas”.
La Santa Sede hace un nuevo
llamamiento en este documento para que “la Conferencia Episcopal y cada una de
las diócesis no dejen de ofrecer subsidios para ayudar en la oración familiar y
personal”.
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