Lectura del santo evangelio según san
Lucas 17, 20-25
En
aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino
de Dios.
Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
Reflexión del Evangelio de hoy
Es
un reflejo de la Luz eterna
El
elogio de la Sabiduría es propiamente un reconocimiento a la Luz Divina que
guía y orienta el sentido de la Vida. El texto, quizá basado en la filosofía
griega, va mucho más allá de la capacidad racional para discernir, tan cara a
la humanidad, necesitada de un saber que colme las esperanzas más íntimas.
Ciertamente
la Sabiduría no es Dios, pero sí es un don con el que nos crea para que, a su
vez, también nosotros nos constituyamos en creadores. En ella habita el
Espíritu y es Él quien la define y otorga toda su grandeza.
Ser
sabios, como Salomón, implica humildad, reconocer a Dios como nuestro gran
valedor y, con su ayuda, multiplicar nuestros talentos y hacer resplandecer el
Reino entre los hombres.
¿Cuándo
llegará el Reino de Dios?
En
clara relación con el texto de la primera lectura, el Evangelio de San Lucas
nos muestra a Jesús como el Señor por antonomasia de la verdadera Sabiduría, el
Señor del Espíritu. A la pregunta de los fariseos sobre la venida del Reino,
cuestión que también nosotros tantas veces nos hemos formulado, las respuesta
es categórica: no viene, ya está aquí, entre vosotros. Es la Evidencia de un
Dios que se hace presente entre los hombres como uno de nosotros y aún más,
como el más humilde, el que además soportará hasta el extremo la crueldad de
nuestros semejantes hasta morir en la cruz. Y es precisamente la Cruz, la
cátedra donde se “evidencia” la Sabiduría divina, esa que despreciamos porque
parece contraria a la razón, a una imagen equivocada de Dios que sostenían los
fariseos y también nosotros.
Jesús
hace presente el Reino. Con Él se inaugura, pero somos nosotros los que tenemos
que construirlo con Su Gracia, recibida en el Pentecostés de nuestro bautismo y
confirmación.
Pidamos
con la misma confianza que, sin merecerlo, nos ha regalado, la Luz de la
verdadera Sabiduría que es el Amor, que con ella hagamos “evidente” que el
Reino está realmente entre nosotros.
¿Soy
consciente del don de sabiduría recibido o pienso que es obra exclusiva de mi
estudio y mis capacidades?
¿Me
creo que el Reino de Dios está en mí o sigo esperándolo?
¿Le
pido al Señor el don de la Sabiduría para discernir cada día los signos de los
tiempos?
D.
Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla)
Fraternidad Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/16-11-2017/
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