Lectura del santo evangelio según san
Lucas 21,12-19
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán,
entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y
gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced
propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y
sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario
vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os
traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa
mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia
salvaréis vuestras almas.»
Reflexión del Evangelio de hoy
Te
has rebelado contra el Señor del cielo
No
está exento el texto de Daniel de simbolismo: es la última noche de un imperio
que acumula recados sobre este fin. En un banquete al que están invitados todos
(mil, cifra con marchamo de plenitud) y donde se bebe vino en abundancia. Esto
hace que los vasos sagrados del templo se usen para este fin, lo que no deja de
ser perturbadora profanación cuya autoría corresponde al rey Baltasar y a su
padre Nabucodonosor, hecho más simbólico que real.
El
sacrilegio consumado de usar los vasos sagrados tiene inmediata respuesta al
ver cómo se decreta el fin de fiesta, que es lo mismo que decir el fin del
imperio. Una mano misteriosa escribe en el muro a la vista de todos un mensaje
imposible de ser descifrado por los astrólogos reales, pero no por Daniel. Éste
rechaza los honores que le promete el rey si desvela el enigma escrito en la
pared del salón.
La
lectura del mensaje divino encierra tres recados o tres acusaciones que vienen
a decir que el reinado está tarifando y viviendo sus últimos días. Ni el
orgullo, ni la idolatría y el sacrilegio del rey con su corte van a ser capaces
de silenciar la voz del Señor, el Dios de Israel, por medio de Daniel.
Os
odiarán a causa de mi nombre
La
comunidad de Lucas no vive sus mejores momentos; además surgen por doquier
falsos mesías y ruidosos pregoneros del inminente fin del mundo. El texto amasa
diferentes mensajes, tanto los referentes a la ruina de Jerusalén como los que
hablan del remate de este mundo.
Pero
parece más interesante el lenguaje profético que el apocalíptico en este
evangelio. No parece que sea ni conocido ni inminente el tiempo de la parusía,
por lo tanto urge serenar los ánimos y templar el espíritu. Y mirar con nuestro
mejor afecto el mundo y la historia presente, trufada a buen seguro de
dificultad y tribulación.
El
creyente no debe bajar los brazos, sino, en nombre del Señor Jesús, resistir,
perseverar, renovar el compromiso de seguimiento fiel a la voz del Maestro,
porque toda comunidad sabe por ella misma que la defensa oportuna, los
argumentos aclaratorios y denunciantes, siempre vendrán no de nuestros talentos
sino de la fuerza del Espíritu que no nos deja hundirnos en nuestra patente
debilidad.
Ni
con la destrucción de Jerusalén ni el terrible ataque a las Torres Gemelas ha
acabado el mundo, pero los cristianos estamos obligados a proclamar en la clave
propia del siglo XXI que buscamos el rostro de un Dios que es Padre y enamorado
de la vida de todos sus hijos. Los regímenes de este mundo pasan, todos los
poderosos tienen a su pesar fecha de caducidad, pero el Reino de Dios sigue
vigente y a la espera de ser afianzado cada día más, porque nuestro Dios no
sabe abandonar a sus hijos.
¿Tiene
asumida la comunidad creyente que su inserción en este mundo conlleva vivir la
fe en conflicto y en esperanza?
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/29-11-2017/
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/29-11-2017/
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