jueves, 30 de abril de 2015

"Yo Soy": la ciencia divina en Cristo

Hoy estamos sumergidos en el ambiente íntimo de la Última Cena. Cristo, consciente de la prueba que se avecina, fortalece a los Apóstoles y, de nuevo, les da muestras de su divinidad. Se les presenta como el "Yo Soy", con conocimiento divino: predice la traición de Judas "antes de que suceda".

¡Es hombre!; de nadie más se escribió tanto en la antigüedad. Sabemos su nombre, dónde y cuándo nació; conocemos sus hechos y palabras. Padeció hasta morir (una lanzada certificó su muerte sin "paliativos"). ¡Y es Dios! Sólo Dios puede llamarse "Yo Soy" (ante Moisés, ya había usado este "nombre propio"). Dios "es", sin necesidad de calificativos, porque su infinitud no admite acotación. Jesús lo ve todo como en un "eterno presente". Sus saberes divino y humano cooperan sin confundirse. Un misterio no imposible para el Ser Infinito, potente para "incorporarse" la naturaleza humana creada a su imagen por Él mismo.

—Jesús: porque eres Dios, tu Humanidad sabía de antemano que sufriría mucho. ¡Te amo!

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).

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