Desde el lunes 6 se reúnen en Huancayo los sacerdotes de
las jurisdicciones eclesiásticas de Huánuco, Tarma y Huancayo en su sexto
encuentro, para reflexionar, intercambiar experiencias y confraternizar después
de una Semana Santa piadosa y en el inicio de este Tiempo Pascual.
La Santa Misa de apertura se realizó en la Iglesia
Catedral de Huancayo y fue presidida por Monseñor Pedro Barreto Jimeno, SJ.,
Arzobispo de Huancayo, y concelebrado por Monseñor Jaime Rodríguez, Obispo de
Huánuco, y el Padre Felipe Ochante Lozano, Administrador Diocesano de Tarma.
Este año, el tema central estuvo referido a la “Familia y
la vida consagrada”, en sintonía con el Sínodo sobre la Familia que se realizará
este año y a la celebración del Año de la Vida Consagrada. En su homilía,
Monseñor Pedro Barreto manifestó que este tiempo nos hace mirar a Jesús
resucitado; ciertamente, dijo, no es fácil pasar del sufrimiento a la
resurrección de Jesús, una resurrección que confirma la fe en sus hermanos, en
sus discípulos.
Señaló que la Pascua es para que el Señor nos confirme
fundamentalmente la paz, la alegría y la misión, tres palabras que Jesús vive
en su corazón, pues, él es la paz, una paz que es fruto de la victoria de la
vida sobre la muerte y la mentira, él es la verdad.
Agregó que esa paz en comunión también se manifiesta en
las jurisdicciones eclesiásticas del centro, tanto como la alegría que es un
encuentro personal con el Resucitado porque no hay motivo para estar tristes,
aunque hayan problemas, dificultades y tentaciones.
Monseñor Barreto pidió la oración de los fieles por los
sacerdotes que participan de esta experiencia de comunión durante esta semana.
Al final de la Eucaristía se realizó la consagración de los sacerdotes a la
Virgen María.
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