Hoy, la imagen del "pastor" introduce la misión
de Jesús. Ya en el antiguo Oriente, se consideraba al rey como el
"pastor" establecido por Dios. En el Antiguo Testamento, Dios mismo
aparece como el pastor de Israel (cf. Sal 23: "El Señor es mi
pastor"). La imagen de "Dios pastor" se desarrolla más en los
capítulos 34-37 de Ezequiel: se promete que Dios mismo buscará a sus ovejas y
cuidará de ellas.
Las profecías veterotestamentarias (relativas al Antiguo Testamento) más tardías dan un
nuevo giro, apuntando directamente al misterio de Cristo. Mateo narra que
Jesús, después de la Ultima Cena, predijo a sus discípulos lo anunciado en
Zacarías 13,7: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño». Los
últimos profetas de Israel vislumbran, sin poderla explicar mejor, la figura
del Redentor que sufre y muere, el pastor que se convierte en cordero.
—Juan cierra el relato de la crucifixión con una
referencia a Zacarías 12,10: «Mirarán al que atravesaron». Ahora ya está claro:
el asesinado y el salvador es Jesucristo, el Crucificado.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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