Hoy, los Apóstoles son testigos de una realidad que los
transformó totalmente: Jesús —tal como constaba en la Sagrada Escritura— ha
resucitado. La fe cristiana se mantiene o cae con la verdad del testimonio de
que Cristo ha resucitado de entre los muertos. "Si Cristo no ha
resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo",
afirma san Pablo (1Cor 15,14).
Si se prescinde de esto, aún se pueden tomar de la
tradición cristiana ciertas ideas interesantes sobre Dios y el hombre, sobre su
ser hombre y su "deber ser" —una especie de concepción religiosa del
mundo—, pero la fe cristiana queda muerta. Por otro lado, que Jesús sólo haya
existido o que, en cambio, exista también ahora depende de la resurrección. En
el "sí" o el "no" a esta cuestión no está en juego un
acontecimiento más entre otros, sino la figura de Jesús como tal.
—En tu resurrección, Jesús, hemos alcanzado una nueva
posibilidad de ser hombres y un nuevo futuro para la humanidad.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario