28 de julio de 2013 (romereports.com) La playa de Copacabana se convirtió en un centro de peregrinación lleno de música, color, alegría, y sobre todo mucha, mucha gente. Más de tres millones de personas acudieron al acto de clausura de la JMJ, más conocida como Misa de Envío.
Durante su homilía, el Papa Francisco exhortó a los jóvenes de todo el mundo a evangelizar el mundo entero, sin límites.
Papa Francisco
“La experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde”
A la cita con el Papa tampoco faltaron las autoridades políticas, sobre todo, de los países de América latina. Junto a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se pudo ver a la máxima mandataria de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner y al presidente de Bolivia, Evo Morales.
Precisamente el Papa tenía un mensaje muy especial para los jóvenes de estas tierras y de toda América latina. Francisco les encomendó un papel protagonista en la evangelización del mundo.
Papa Francisco
“Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza”.
El Papa resumió el mensaje de su homilía en tres ideas principales resumidas en una frase: “Vayan, sin miedo, para servir”. Una misión que, señaló, debe hacerse en comunidad, en la Iglesia, porque los discípulos de Cristo no han sido llamados a vivir aislados. Por eso, Francisco, quiso agradecer el trabajo de los sacerdotes en este campo, por acompañar y animar a los fieles a “comprometerse activamente en la Iglesia”.
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