Jesús perdona a la mujer adúltera |
Hoy el Señor corrige la casuística meticulosa de los
rabinos, que hacía insoportable la ley del descanso sabático. "Tus
discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado", dijeron
convencidos: ¡eso es lo increíble!
Ningún motivo excusa de ayudar a los demás. La caridad
verdadera respeta las exigencias de la justicia, evitando la arbitrariedad o el
capricho, pero impide el rigorismo, que mata al espíritu de la ley de Dios, que
es una invitación continua a amar, a darse a los demás. Dios, rico en misericordia,
nos quiere misericordiosos. ¡Y qué lejos está Dios cuando el corazón se
endurece como una piedra! Jesucristo acusó a los fariseos de condenar a los
inocentes. ¡Grave acusación! Interesémonos de verdad por las cosas de los demás
y juzguemos con cariño, con simpatía, como quien juzga a un amigo o a un
hermano.
—Pido a la Virgen que me haga misericordioso, que sepa
perdonar y ser benévolo.
Comentario: Rev. D. Josep RIBOT i Margarit (Tarragona,
España).
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