lunes, 10 de noviembre de 2014

La fe como "semilla de vida interior"

Grano de mostaza
Hoy consideramos uno de los textos más enigmáticos del Nuevo Testamento. En realidad, las "montañas" y "árboles" que remueve la fe son los que obstaculizan nuestra vida. Éstos son, casi siempre, mucho más importantes que los que figuran en los mapas.

El acto de fe no es convencerse de una idea o atribuir un poder a la fe, sino que consiste en confiar en que Dios está ahí y puedo ponerme en sus manos. Entonces desaparecerá la "montaña". El Señor emplea también el símbolo del "grano de mostaza", que siendo el menor de todos los granitos, acaba convirtiéndose en un árbol en el que anidan los pájaros. Este grano de mostaza es un profundo símbolo de la fe: alberga, por una parte, la pequeñez (que me empobrece), pero también la potencialidad del crecimiento. La fe es, sobre todo, una semilla de vida.

—Sólo seré un verdadero creyente cuando la fe sea una semilla viva que crece en mi interior, y sólo entonces transformará realmente mi mundo aportando algo nuevo.

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