Corona de Adviento |
Hoy domingo, con la invitación de parte del Señor a una
actitud vigilante, comienza el Adviento, un tiempo de gran profundidad
religiosa, porque está impregnado de esperanza y de expectativas espirituales:
cada vez que la comunidad cristiana se prepara para recordar el nacimiento del
Redentor siente una sensación de alegría, que en cierta manera se comunica a
toda la sociedad.
En el Adviento el pueblo cristiano revive un doble
movimiento del espíritu: por una parte, eleva su mirada hacia la meta final de
su peregrinación en la historia, que es la vuelta gloriosa del Señor Jesús; por
otra, recordando con emoción su nacimiento en Belén, se arrodilla ante el
pesebre. La esperanza de los cristianos se orienta al futuro, pero está siempre
bien arraigada en un acontecimiento del pasado y nos guía en el presente.
—Creo y confieso que en la plenitud de los tiempos, el
Hijo de Dios nació de la Virgen María: "Nacido de mujer, nacido bajo la
ley", como escribe san Pablo.
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