Hoy en el Evangelio percibimos una cierta "polémica" entre los "judíos" alrededor de Jesús. En el cuarto Evangelio éste no es un hecho puntual, sino que aparece como una constante en la subida de Jesús a Jerusalén. Pero, al final, ¿quiénes fueron realmente los acusadores de Jesucristo? Según Juan, son simplemente "los judíos". Pero esta expresión no indica en modo alguno el pueblo de Israel como tal, y mucho menos aún comporta un tono "racista".
Juan mismo pertenecía al pueblo israelita, como Jesús y los suyos. La comunidad cristiana primitiva estaba formada enteramente por judíos. Esta expresión tiene en Juan un significado preciso y rigurosamente delimitado: se refiere sólo a la aristocracia del templo (incluso en ella, puede haber excepciones, como Nicodemo). En Marcos, aparecen "los judíos", es decir, los círculos sacerdotales distinguidos, y también el "ochlos" (la "masa"), que estaba formada por el grupo de partidarios de Barrabás, pero no el pueblo judío propiamente dicho…
—Jesús, aquí estoy para defenderte, porque me llamas por mi nombre propio.
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