El Sol de León - 19 de marzo de 2012
Por Andrea Negrete.
León, Guanajuato.- El monumento a Cristo Rey, ubicado en el Cerro del Cubilete, llamado así por su forma, y luego bautizado por el Exmo. Sr. Valverde y Téllez, Obispo de León, como "Montaña de Cristo Rey", el 11 abril de 1920.
¿Cómo nace la idea?
En 1919 el Excelentísimo señor Valverde y Téllez, Obispo de León, hace visita pastoral a Silao y contemplando el Cubilete sintió el deseo de ascender a la cima y oficiar una misa en él. Se lo comunica a José Mª. Ramírez, dueño de los baños de "Aguas Buenas" y señorío del consejo directivo de la Adoración Nocturna y éste a su vez a los adoradores, quienes proponen la "Vigilia de Espigas" como fecha de inauguración.
Primer monumento
Es dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, construido del 12 de marzo al 9 de abril de 1920 y bendecido el 11 de abril siguiente. Duró en la cima del monte hasta noviembre de 1920, pues se le bajó a la explanada de la actual ermita, para cederle sitio al segundo monumento.
Costó aproximadamente 5,000 pesos. Fue labrado por personas humildes de Silao. La estatua era de cantera o piedra. Fue dinamitado sacrílegamente el 30 de enero de 1928, en plena persecución "callista".
Actualmente se conservan en el Museo de la Montaña objetos como el corazón y la cabeza que quedaron intactos en el atentado.
(Ibid. Tabor Mexicano, señor José de Jesús Ojeda Sánchez. León, Guanajuato, México. 1982, página 4).
Segundo monumento
El 25 de abril de 1920 solicitó por medio del Excelentísimo señor Arzobispo de Morelia, don Leopoldo Ruiz y Flores al V Episcopado que se declarara como monumento nacional y se construyera otro más grande. Este proyecto se aprobó el 10 de octubre de 1920, día en que se celebraban en México las "Bodas de plata de la coronación de la Santísima Virgen de Guadalupe".
El delegado apostólico, don Ernesto E. Filippi Scoccia, Arzobispo titular de Sárdica, puso la primera piedra el 11 de enero de 1923, pero se prohibió continuar con la obra porque ese acto fue considerado como anticonstitucional y un desafío al Gobierno.
El Delegado Apostólico fue expulsado de México por esta acción y el segundo monumento nunca se realizó, proyecto que realizó el ingeniero Luis G. Murguía.
Tercer monumento
Capilla monumental de Cristo Rey, construida de noviembre a diciembre de 1937 y fue dedicada y bendecida por el Excelentísimo señor Emeterio Valverde y Téllez el 11 de enero de 1938, antes de un congreso diocesano.
Se aprovechó un pasillo de la Catedral Basílica de León, por ello tiene forma de un clavo de la pasión de Cristo. La estatua fue la primera que se erigió de Cristo Rey en México, fue reconocida esta capilla como el Monumento Votivo Nacional a Cristo Rey, provisionalmente por el V Episcopado Mexicano. Se construyó como una catacumba en épocas de la persecución religiosa.
(Ibid. Tabor Mexicano, señor José de Jesús Ojeda Sánchez. León, Guanajuato, México. 1982 página 8).
Cuarto monumento
Levantado en la cumbre de la Montaña, a escondidas por el presbítero José Ascención Betancourt y Montes de Oca, durante un mes y cuatro días, del 6 de marzo al 11 de abril de 1942 de sus propios bienes.
Lo bendijo ocultamente el 11 de abril de 1942 y fue la "chispa" que encendió nuevamente el deseo del actual y definitivo monumento. El presbítero Betancourt sería después capellán del monumento.
Le llamó "Monumento de las nubes" y era una réplica, en la escultura, del primer monumento, mas no en la columna. Se trasladó, después de obsequiarlo, a San Luis de la Paz, Guanajuato, donde aún se encuentra.
(Ibid. Tabor Mexicano, señor José de Jesús Ojeda Sánchez. León, Guanajuato, México. 1982 página 10).
Quinto monumento
El actual monumento dedicado a Cristo Rey en el cerro del Cubilete comenzó a construirse el 11 de diciembre de 1944, día en el que el sexto Obispo de León, José Guadalupe Albino Emeterio Valverde y Téllez bendijo y puso la primera piedra.
Gira de la "Cabeza Misionera" por varios estados (3m alto, 3 tons. de bronce). Mirada serena, amorosa, con los labios entreabiertos en señal de dar un mensaje a quien lo contempla.
La razón que tenía el Episcopado para erigir el Monumento Votivo Nacional era cumplir un voto que hicieron los obispos al Sagrado Corazón el 11 de junio de 1914 y, además, entronizar a Cristo en el corazón de México, para lograr la paz y la conservación de la fe.
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