En el Evangelio de Hoy, ambientados en la "fiesta judía de las Tiendas" (Sukkot), comprobamos que el Evangelio de Juan toma su ritmo del calendario de fiestas de Israel. Al comienzo de la actividad de Jesús encontramos la "Pascua de los judíos", de la cual se deriva el tema del verdadero templo (en conexión con la cruz y la resurrección) (cf. 2,13-25).
La curación del paralítico —marco de la primera gran predicación pública de Jesús en Jerusalén— aparece relacionada con "una fiesta de los judíos" (5,1), probablemente la "fiesta de las Semanas" (Pentecostés). La multiplicación de los panes (y la predicación eucarística del Evangelio de Juan) conecta con la fiesta de la Pascua (cf. 6,4). Finalmente, volvemos a encontrar a Jesús en Jerusalén en la fiesta de la Dedicación del Templo (cf. 10,22).
—El camino de Jesús culmina en su última fiesta de Pascua (cf. 12,1): ahí, como verdadero cordero pascual, derramará su sangre en la cruz. Su oración sacerdotal se desarrolla, justamente, a partir del contenido teológico de la fiesta de la Expiación.
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