Timothy Dolan es el más popular de los 22 obispos que el Papa hará cardenales este sábado. A su encuentro informal con la prensa se presentó como un perfecto americano: con una gorra de béisbol y una taza.
Dice que ser cardenal no es una promoción o un honor, sino una llamada a servir más a la Iglesia.
"Este nombramiento me ha dado humildad. No puedo dejar de pensar en él. Espero no inflarme de orgullo tanto como mi tripa. Tengo que recordar que soy un pecador y debo mejorar mi vida”.
Como presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, ha sido la voz más fuerte contra la polémica ley de Obama que obligaba a las instituciones de la Iglesia a incluir anticonceptivos en sus seguros médicos.
Ahora, después de sus reclamaciones, Obama dice que las instituciones religiosas estarán exentas. Sin embargo, las compañías de seguros tendrán la obligación de ofrecer anticonceptivos. El arzobispo Dolan dice que la lucha no ha terminado.
“No tiene en cuenta ni la Constitución ni los derechos civiles americanos, ni cuestiones filosóficas como qué derecho tiene una oficina del gobierno federal a interferir en los asuntos internos de la Iglesia”, dice Dolan.
Timothy Dolan tiene 62 años. Nació en St. Louis, Missouri, y fue ordenado sacerdote cuando tenía 26 años. Tras ser arzobispo de Milwaukee entre 2002 y 2009, fue nombrado arzobispo de Nueva York. La Iglesia es tan importante en su vida, que la considera su esposa.
“Cuando era pequeño sentí que Jesús me invitaba a ser sacerdote. Cuando más pensaba y hablaba sobre ello, más convencido estaba”, declara el arzobispo y futuro cardenal.
Benedicto XVI creará 22 nuevos cardenales el 18 de febrero, entre ellos los estadounidenses Timothy Dolan y Edwin O’Brien. Además de asesorar al Papa sobre diferentes temas, los cardenales menores de 80 años son electores en un eventual cónclave para elegir al futuro Papa.
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