2012-02-27 Radio Vaticana
(RV).- Es el Mensaje de la Presidencia de la Pontificia Comisión para América Latina con motivo del «Día de Hispanoamérica» en las diócesis de España, que se celebra el próximo Domingo, 4 de marzo y que se ha publicado este lunes.
El Cardenal Marc Oullet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, que firma este mensaje destaca «desde el agradecimiento», que el «Día de Hispanoamérica» es una valiosísima y oportuna cita anual, tradicionalmente incorporada en el calendario de la Iglesia católica en España desde el año 1959, para actualizar y fortalecer los vínculos de comunión y colaboración con la Iglesia en Hispanoamérica y la solidaridad entre sus pueblos y naciones.
Tras señalar que «hoy día, la Iglesia en España y la Iglesia en América asumen, de algún modo, similares desafíos», se pone de relieve «el riesgo de una gradual erosión». Y que «la secularización avanza por doquier. No faltan hostilidades contra la presencia de la Iglesia y su mensaje. La corriente hedonista y relativista de la sociedad del consumo y del espectáculo tiende a desplazar y desarraigar la cultura cristiana de los pueblos. La traditio de la fe se ha vuelto ardua tarea. Ya no basta con apelar a las raíces cristianas y declamar retóricamente sobre su magnífica tradición. Se necesita actualizar, reformular y revitalizar la tradición católica, arraigándola más profundamente en el corazón de las personas, en la vida de las familias y en la cultura de los pueblos, para que resplandezca como belleza de la verdad, promesa de felicidad y novedad de vida más humana para todos».
«¡Se necesita, sí, una nueva evangelización! ¡Se necesita tanto en Europa como en América! Bajo esa luz, se propone con acierto el lema del próximo «Día de Hispanoamérica”, 4 de marzo de 2012: “Comprometidos con América en la Nueva Evangelización», reitera el Card. Oullet, en su denso mensaje, destacando «Un largo camino compartido».
En este contexto, el mensaje señala que «Hispanoamérica debe a España, ante todo, lo que es su más rico tesoro: el patrimonio de la tradición católica comunicada, inculturada y arraigada en las tierras buenas del ‘Nuevo Mundo’. Y que «con razón Benedicto XVI señaló en Aparecida, el 13 de mayo de 2007, que el patrimonio más precioso de América Latina es ese don providencial que ha gestado a sus pueblos y que «ha animado su vida y cultura [...] durante más de cinco siglos». «Este es el rico tesoro del continente americano –decía el Papa en esa oportunidad –; este es su patrimonio más valioso: la fe en Dios amor, que reveló su rostro en Jesucristo [...]. No es una ideología política, ni un movimiento social, como tampoco un sistema económico; es la fe en Dios amor, encarnado, muerto y resucitado, el auténtico fundamento de esta esperanza que produjo frutos tan magníficos desde la primera evangelización hasta hoy».
Alentando a «Intensificar el compromiso misionero...», el mensaje subraya que aún resuena con vigor en Hispanoamérica la voz del beato Juan Pablo II y que «los llamamientos a una «Nueva Evangelización» han sido después muy frecuentes, tanto por el mismo Juan Pablo II, como por Benedicto XVI, dirigidos especialmente a Europa y América». Recordando, con Aparecida, la «Misión Continental», y la creación por el papa Benedicto XVI del Dicasterio para la Promoción de la Nueva Evangelización, así como con la próxima XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se realizará en octubre de 2012, con el tema: «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana».
«... con las Iglesias de América Latina», el Card. Oullet, a modo de sugerencia, señala unas recomendaciones a la Iglesia de Dios en España para fortalecer el compromiso misionero de la «Nueva Evangelización»:
– Abrir el corazón a las familias y comunidades de latinoamericanos inmigrantes asentadas en España, especialmente en estos tiempos de crisis. Estas personas sencillas y sacrificadas, fieles a la tradición cristiana en la que siempre han vivido, tienen que superar el impacto del desarraigo y de la secularización, y necesitan la compañía cercana, solidaria, llena de la caridad, evangelizadora y catequética, de las comunidades cristianas.
– Agradecer el precioso servicio que están prestando (y que puede extenderse más aún) universidades y centros superiores de Teología que, en España, acogen a sacerdotes provenientes de América Latina para la ampliación de sus estudios.
– Reconocer y acoger a los sacerdotes provenientes de países latinoamericanos que, con el consentimiento de sus respectivos obispos, prestan sus servicios pastorales en diócesis españolas. También América Latina está llamada a «dar de su pobreza» y asumir la solicitud por la Iglesia universal, que le corresponde, no solo por deuda de gratitud, sino también por contar hoy con más del 40% de los católicos.
– Renovar la memoria agradecida del maravilloso espectáculo de santidad y comunión eclesial vivido durante la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Aquellos admirables dos millones de jóvenes son un signo de esperanza para la traditio cristiana y la multiplicación de nuevos discípulos, testigos y misioneros de Cristo, y a la vez, un enorme y apasionante reto. A Madrid llegaron en esa ocasión muchas decenas de miles de jóvenes latinoamericanos, que se sintieron como en casa y retornaron con una renovada implicación en la «Nueva Evangelización». La conclusión del Mensaje es una invitación a recobrar el fervor espiritual.
CdM
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