domingo, 26 de febrero de 2012

Las tentaciones de Jesús


Hoy, el relato del Evangelio de las tentaciones de Jesús guarda una estrecha relación con su Bautismo, en el que el Señor se hace solidario con los pecadores. Los tres Evangelios Sinópticos cuentan que la primera disposición del Espíritu lo lleva al desierto para ser tentado por el diablo.

El descenso de Jesús "a los infiernos" del que habla el "Credo" no sólo se realiza en su muerte y tras su muerte, sino que siempre forma parte de su camino: debe recoger toda la historia desde sus comienzos —desde "Adán"—, recorrerla y sufrirla hasta el fondo, para poder transformarla. Es un descenso a los peligros que amenazan al hombre, porque sólo así se puede levantar al hombre que ha caído. Jesús tiene que entrar en el drama de la existencia humana, para encontrar así a "la oveja descarriada", cargarla sobre sus hombros y devolverla al redil.

—Jesús, Tú eres el "Sacerdote" que puedes verdaderamente compadecerte de mis miserias: has sido probado en todo exactamente como yo, menos en el pecado.

* Texto elaborado a partir de textos de Benedicto XVI (Master evangeli.net).

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