viernes, 16 de noviembre de 2018

EXCLUSIVO: Entrevista a Monseñor Timoteo Solórzano, nuevo Obispo peruano elegido por el Papa


Mons. Timoteo Solórzano Rojas MSC fue entrevistado por una agencia católica de noticias en el Perú: Perú Católico, lider en noticias. En dicha entrevista se puede apreciar claramente la transparecia y sencillez de Mons. Timoteo, un sacerdote misionero que viene de una familia numerosa, muy sencilla, pero a la vez lleno de valores, que inculcaron, en este joven misionero, la fe cristiana.
Aquí podemos leer la entrevista:
Perú Católico, líder en noticias.– Nos comunicamos con el nuevo Obispo de Perú, designado por el Papa Francisco. Muy amable accedió a la entrevista, la cual publicamos a continuación. Muchas gracias Monseñor Timoteo Solórzano Rojas MSC.
Buenas tardes Monseñor, gracias por recibirnos.

Muy buenas tardes, y saludos a todos los lectores de Perú Católico. Les saluda el padre Timoteo Solórzano Rojas, natural de Áncash, de la provincia de Huari, distrito de Huántar. Es una bendición del Señor que me visite. Me siento honrado y bendecido por el Señor.
Gracias a Usted por su tiempo. Cuéntenos un poco sobre su vocación, ¿cómo inició?
El 04 de enero de 1987 vine a Lima. Yo soy de un pueblo pequeño de Chucos, de 200 habitantes. Le dije a un amigo que quería ir donde un sacerdote para ver mi vocación. Y éste me dijo que hable con el Obispo de Huari, quien me dijo que estaba jovencito y que me quede en mi pueblo hasta tener mis documentos. Regresé a hablar con el párroco y me dijo que lo visite, que vaya un domingo y que nos íbamos a Lima, en donde había padres alemanes que me podrían ayudar. Así que llegó el domingo, y estaba con mis mochilas en la mano. Pues yo soy, con mucho orgullo, quechua hablante. Así que llegué al Seminario de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús. Y miraba con miedo los carros, avenidas, personas. Así que fui acostumbrándome poco a poco. Ya todo el año del 1987 iniciaron mis estudios de academia, y luego el año 1988 inicie mis estudios de filosofía en la Faculta de Teología Pontificia y Civil de Lima y el agosto de 1989 me mandaron a República Dominicana para hacer un año de noviciado como preparación para ser Religioso MSC.
Yo agradezco a los padres misioneros por acogerme. Empecé a poner empeño en cada acto que me encargaban.
Sin embargo, en un momento salí mal en mis estudios y salí jalado. Y pensé en regresar a mi pueblo. Pero una noche pensé y pensé, y entré en crisis. Pero me dije: “Timoteo, tú has dejado todo, tu pueblo, tu tierra, tu terreno, tu familia, tus amigos, no debes rendirte”. Entonces al día siguiente empecé a estudiar duro, a leer bien, y así fue, poco a poco fui mejorando. Estudiaba hasta altas horas de la noche hasta aprender.
Siempre he sabido levantarme y eso me ha hecho fuerte, nunca me he sentido menos de los demás. Dios me dio esa gracia y aquí estoy.

¿Cuándo lo ordenaron sacerdote?
Me ordenaron como sacerdote el 9 de enero de 2001, un día feliz de empezar a servir a Dios, a mi congregación. Y eso es lo que he venido haciendo. Soy misionero de corazón. La Iglesia necesita la presencia de los misioneros y para eso estamos. Estoy orgulloso de ser misionero. Y quiero amar al Señor sobre todas las cosas.
¿Dónde ha ejercido su ministerio sacerdotal?
He trabajado en Trujillo, Puquio-Lucanas (Ayacucho), Parroquia Santuario “Nuestra del Sagrado Corazón” de Lince, parroquia San Felipe Apóstol de San Isidro, como Capellán de la Clínica Stella Maris, como formador de los futuros misioneros de mi comunidad en el Seminario “Nuestra Señora del Sagrado Corazón”- San Miguel-Lima y en la parroquia Santiago Apóstol de Acarí- Arequipa, que es donde trabajo actualmente.
¿Qué estaba haciendo cuando le confirmaron que el Papa Francisco lo había elegido Obispo?
Esta noticia de ser obispo estaba en reserva, yo ya sabía. Sin duda estuve nervioso y preocupado ese día del anuncio público. Estábamos saliendo de Acarí, yo estaba con un hermano de mi comunidad yendo a hacer misiones, y entonces él veía su celular y me miraba mientras yo conducía. Luego sonó mi celular; era Monseñor Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo. Así que bajé del auto y me aparté para conversar, y bueno ahí me confirmó la noticia y me felicitó.
¿Con qué corazón recibió la noticia?
Con mucha alegría, como un regalo y una gracia de Dios en mi vida, pero a la vez preocupado porque es una gran responsabilidad en nuestra Iglesia. Cuando salí de mi tierra no sabía que iba a ser misionero. Nunca pensé esto, nunca lo he buscado ni he soñado. He estudiado filosofía y teología como parte de mi formación; además, estando los años de pastoral, hice los estudios complementarios, el lleve el curso de formación para los formadores en el CONFER del Perú en el año 2003, fue un año muy bonito de compartir con el mundo religioso y eclesial, en el año del 2013, me fui a Guatemala a un taller crecimiento personal y de formación, y esta experiencia me marcó de ser más sensible y humano con los demás. Y en los últimos años los estudios de básicos de inglés en el ‘Británico’ de Lima y en la Universidad San Martin de Porres, como también los estudios básicos de Oratoria en el Centro de Lima.
Doy gracias a Dios y a mi comunidad que me dio la oportunidad de formarme. A lo mejor no tengo títulos ni doctorados, sólo tengo el corazón de Jesús para dar mucho y así para servir y amar a los demás. Creo que la gente espera de nosotros mucho.
Las personas me dicen cómo estoy, pero es una mezcla de sentimientos encontrados. Todo sea por el Señor. Hay alegrías, lágrimas, entusiasmos. El Señor está haciendo terremotos y los cambios en mi vida personal y comunitaria.
Agradezco al Papa Francisco por hacerme Obispo y poner su confianza en mí. Hay que ser como Jesús, amar como Jesús. Yo no sé y cómo será, pero con la confianza puesta en la oración ante el Señor aprenderé a trabajar por el reino de Dios y a servir a todos.
¿Cuándo lo ordenan de Obispo?
Estamos en conversaciones con Monseñor Miguel Cabrejos, ya en el mes de diciembre estaré viajando a Trujillo, para irme instalando. El día sábado 5 de enero, a las 10 de la mañana va a ser la Ordenación Episcopal, en la Catedral de Trujillo. Están cordialmente invitados.
Palabras finales que quiera compartirnos…
Por amor a Dios, por amor a la Iglesia he dicho sí, para eso estoy, para servir, para amar. Le he dicho sí al Señor. Sigo siendo Timoteo, sigo siendo misionero y seré igual de cercano. Quizá la indumentaria y vestimenta eclesial represente ante los demás como pastor de nuestra Iglesia, pero seguiré siendo el mismo misionero con actitud de escuchar, animar, amar. “Ser misionero empieza en nuestra propia vida”.
Gracias por esta entrevista y un saludo y bendición a todos los lectores de Perú Católico.

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