Tema: Comuniquemos la alegría
de la familia
1.
Ver:
En
el mundo actual la familia, instituida en la unión de un hombre y una mujer,
viene siendo atacada a través de leyes, los medios de comunicación y la
cultura, tratando de debilitarla. ¿Estaremos perdiendo de vista la belleza de
la familia como prefiguración del Amor de Dios? ¿Somos testimonio de unión y
alegría para otros? ¿Cómo familia, nos entusiasma llegar a casa y compartir
nuestro día, nuestras preocupaciones y alegrías?
2.
Juzgar
· Dios nos habla: La bendición de Dios (Salmo 128)
1
Dichoso el que teme al Señor y anda por sus caminos.
2
Del trabajo de tus manos comerás; serás dichoso, y te irá bien.
3
Tu mujer será como viña fecunda paredes adentro de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivos, en torno a tu mesa.
4
Pues así es bendecido el hombre que teme al Señor.
5
Que el Señor te bendiga desde Sión. Que veas el bienestar de Jerusalén todos
los días de tu vida.
6
Que veas los hijos de tus hijos. ¡Paz sobre Israel!
· Francisco nos dice: Amoris Laetitia (La Alegría del Amor)
129
Bien nos dice el
Santo Padre Francisco en la Exhortación Amoris Laetitia 129 “La alegría de ese
amor contemplativo tiene que ser cultivada. Puesto que estamos hechos para
amar, sabemos que no hay mayor alegría que un bien compartido: «Da y recibe,
disfruta de ello» (Si 14,16). Las alegrías más intensas de la vida brotan
cuando se puede provocar la felicidad de los demás, en un anticipo del cielo.”
· Reflexión: La imagen y semejanza de Dios vivida como
vocación al amor encuentra su referencia en el amor de Cristo a su Iglesia.
Papa Francisco, el
20 de febrero de 2014, en el Consistorio Extraordinario, llama nuestra atención
y nos dice que “Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos
pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia
hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la
humanidad”
En la familia se
vive un encuentro permanente, que si se vive bien, se expresa de hermosas
maneras como darnos ánimo para enfrentar el día a día y entereza para enfrentar
juntos los problemas. Provoca también en nosotros un sentimiento de alegría y
entusiasmo cuando nos damos cuenta de que Dios nos hizo para vivir en familia y
no sólo nuestra familia nuclear o extensa sino como hijos de del Padre, y
experimentar un amor que se extiende hasta el infinito.
La clave del amor
es buscar la felicidad del otro. La labor del esposo es ayudar a su esposa a
ser santa y la de la esposa ayudar a su esposo a ser santo. La de los padres
enseñar, a través del testimonio de vida, a los hijos a ser santos en cada
pequeña tarea del día, para juntos algún alcanzar la felicidad plena del Cielo.
“Con esta mirada,
hecha de fe y de amor, de gracia y de compromiso, de familia humana y de
Trinidad divina, contemplamos la familia que la Palabra de Dios confía en las
manos del varón, de la mujer y de los hijos para que conformen una comunión de
personas que sea imagen de la unión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. La actividad generativa y educativa es, a su vez, un reflejo de la obra
creadora del Padre. La familia está llamada a compartir la oración cotidiana,
la lectura de la Palabra de Dios y la comunión eucarística para hacer crecer el
amor y convertirse cada vez más en templo donde habita el Espíritu. Amoris Laetitia
29
3.
Actuar: “Buscamos
la felicidad del otro”
¿Damos
gracias diariamente a Dios por nuestra familia?
¿Somos
conscientes de que buscando la felicidad de mi conyugue son más feliz?
¿Entiendo
que nos necesitamos mutuamente para alcanzar la santidad?
Oración
Padre Celestial,
nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret Ayúdanos, Padre
amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine amor, la paz y la
alegría. Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y
vibrante con alegría. (Santa Teresa de Calcuta)
2 Tema: La preparación para el
matrimonio
1. Ver:
Una de las
especiales preocupaciones del Santo Padre es la preparación de los novios para
el matrimonio. ¿Entienden los jóvenes que el matrimonio es una vocación? ¿Qué
el amor es una decisión y un compromiso que se fortalecen en el tiempo a través
de la donación mutua? ¿Qué podemos aconsejar a los jóvenes para lograr un
matrimonio feliz y estable?
2. Juzgar
Dios nos habla: (Mc 10, 5-6)
“¿No habéis leído
que al principio el Creador los hizo hombre y mujer, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne?
· Francisco nos dice: Amoris laetitia (La Alegría del
amor) 206
El Santo Padre nos
recuerda que «La compleja realidad social y los desafíos que la familia está
llamada a afrontar hoy requieren un compromiso mayor de toda la comunidad
cristiana en la preparación de los prometidos al matrimonio. Es preciso
recordar la importancia de las virtudes. Entre estas, la castidad resulta
condición preciosa para el crecimiento genuino del amor interpersonal.”
· Reflexión:
El
matrimonio debe asentarse en bases sólidas y estas se descubren y construyen en
el noviazgo, a través del diálogo y la oración.
“Si el amor es una relación, se construye
como una casa. No querrán construirla sobre la arena de los sentimientos que
van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios.
La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye
una casa: que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza”. Palabras a los
novios que se reunieron en la Plaza San Pedro en San Valentín, 14 de febrero de
2014
El mundo nos presenta un estilo de vida
basado en lo inmediato y descartable, y esto también se refleja en las
relaciones inter personales. Es por esto importantísimo el acompañamiento de
los novios por parte la familia y la comunidad. Es preciso el reconocimiento
del amor conyugal como vocación, y no como un paso más luego del enamoramiento,
un compromiso frente a la sociedad. También es necesaria la comprensión del
matrimonio como Sacramento, por el cual recibimos la Gracia, que es la
presencia eficaz del Amor de Dios que santifica el amor mutuo. Los novios deben
entender que sólo a través del diálogo, el compartir los sueños, ideales y
planes de vida es que encontrarán la compatibilidad que los ayudará en el
camino que se inicia luego de la boda. Las
relaciones sexuales antes del matrimonio distraen a la pareja de este diálogo
manteniéndolos en un amor romántico y pasional fuera del necesario diálogo, el
discernimiento y el fortalecimiento de la voluntad que sentaran las bases para
el amor conyugal.
El noviazgo es un camino de maduración. Las
etapas del camino no deben ser quemadas.
Vemos actualmente también necesario el
acompañamiento de los recién casados frente a los nuevos retos que se presentan
en la vida conyugal y familiar, por lo que urge trabajar en una pastoral para
recién casados, ya que encontramos vacíos entre la boda y el bautizo del primer
hijo. Aquí nuevamente la familia y la comunidad adquieren una particular
importancia.
3.
Actuar: “El
matrimonio es mi vocación”
· Comprometámonos
como comunidad a acompañar a los novios en su camino de preparación hacia la
boda y la convivencia.
· Para “estimular el
crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar
(AL 89) Francisco nos invita a vivir el “Himno de la Caridad” (Cf. 1 Cor 13,
4-7) en lo cotidiano de la familia y de toda relación humana. Leámoslo juntos.
Oración
Jesús,
tu que elegiste una familia humana normal para vivir tu vida oculta, concédeme
formar una a ejemplo de la tuya, donde nazcan y se desarrolle la fe y las
virtudes de los hijos que nos regalen.
Santa
María, Madre de Dios, tú que fuiste elegida para formar una familia ejemplo de
todas las que vendrían, ayúdame a elegir con el corazón y la cabeza a mi futuro
esposo/a. Que esa persona me ayude a llegar a contemplar el rostro de tu Hijo.
San
José, fiel y buen esposo de María: ya que aceptaste la delicada y difícil
misión de cuidar a la Virgen y al Niño, ayúdame a ser un buen esposo/a para
que, cumpliendo mis deberes familiares, santifiquemos nuestra unión, junto a
nuestros hijos, parientes, amigos y las personas que tratemos.
Que
algún día lleguemos como familia a la gloria de la resurrección.
Por
Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Tema: El matrimonio es para
siempre
1. Ver:
En
el mundo actual vivimos, como dice el Santo Padre, una sociedad del descarte,
de utilitarismo y cosificación del ser humano. El matrimonio, para muchos,
tiene fecha de caducidad.
¿Creemos
que el matrimonio es para siempre? ¿Sabemos que el matrimonio es un sacramento
y por tanto contamos con la Gracia de Dios para salir adelante?
2. Juzgar
Dios nos habla: Mateo 19, 3-8 “De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo
que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.”
3 "Y se le
acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno
repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?» 4. El respondió: «¿No habéis
leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, 5. Y que
dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y
los dos se harán una sola carne? 6. De manera que ya no son dos, sino una sola
carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.» 7. Dícenle: «Pues
¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?» 8. Díceles:
«Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar
a vuestras mujeres; pero al principio no fue así."
· Francisco nos dice: Amoris laetitia (La Alegría del
Amor) 62
“La indisolubilidad
del matrimonio —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)—
no hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como
un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio [...] La condescendencia
divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón
endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino
de la cruz. De los Evangelios emerge claramente el ejemplo de Jesús, que [...]
anunció el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de
la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19,3)»”
Reflexión:
“El
que ama realmente tiene el deseo y el valor de decir ‘para siempre’; pero sabe
que necesita la gracia de Cristo y la ayuda de los santos para poder vivir la
vida matrimonial para siempre”. “No como algunos dicen: ‘Hasta que dure el
amor’. No. ¡Para siempre! Si no, es mejor que no te cases. O para siempre o
nada” Papa Francisco, Audiencia General miércoles 21 de junio de 2017
El
matrimonio, es un Sacramento, que eleva lo que socialmente es visto como un
contrato a un vínculo divino, una nueva alianza de carácter indisoluble. “De
modo que ya no son dos, sino una sola carne” (Mt 19,6) “Esta íntima unión, en
cuanto donación mutua de dos personas, como el bien de los hijos, exige la
fidelidad plena de los cónyuges y urge su indisoluble
unidad” (GS48).
Cuando
pronunciamos el mutuo si ante el Señor dejamos de ser dos yo y comienza el
nosotros. De ahí en adelante no existirán dos temporalidades sino una sola, una
promesa irrevocable. No se trata del “para siempre” romántico y trágico de las
poesías y las canciones, tratando de perpetuar sólo el sentimiento y emociones.
Se trata del para siempre de la construcción de una vida en común, de un futuro
común.
La fidelidad en
esta promesa de amor mutuo construido en el tiempo provee asimismo las bases
para el don de la vida y la crianza de los hijos, que encuentran en este
hábitat la estabilidad y seguridad para su desarrollo, y aprender a amar en
donación.
3. Actuar: “Somos
fieles y maduramos en el amor”
Leamos juntos Mateo 19, 3-8
¿Estamos
conscientes de que somos no sólo tú y yo sino nosotros? ¿Somos testimonio de
esta unidad en nuestra comunidad? ¿Nutrimos continuamente nuestra unión a
través de la oración y la misa en familia?
Oración
A Ti te debo todo.
Me has creado de la nada y me has dado una vida que no tendrá fin. Me has dado
la fe y me has llamado a ser parte de tu pueblo santo. Has puesto tu mirada
sobre mí y me has acompañado a lo largo del camino, también cuando me parecía
estar solo. Y solo porque no has querido que me quedase solo sobre esta tierra,
has hecho que encuentre a mi esposa (o). Ayúdame Señor a no olvidar la grandeza
de este don y a glorificarte cada día amando y honrando a mi mujer (marido),
segundo las promesas que recité el día de mi matrimonio, en tu presencia. Tú,
que has hecho de esta unión sagrada e indisoluble, dame la fuerza para vivirla
cristianamente, en la fidelidad y en la caridad, en el gozo de verla crecer y
fructificar. Cuida mi familia. Y si en el camino encuentro las tentaciones, y
si en mi miseria y en mi pecado corro el riesgo de violar la alianza que has
sellado, de traicionar el bien supremo que me has confiado, antes que caer te
pido con todo el corazón que me llames a tu presencia. Para que en la muerte
pueda abrazarte por siempre, Padre bueno y misericordioso, y no eche a perder
con mi egoísmo la obra de tu amor. Amen. (Croacia, anónimo)
TEMA: FAMILIA IGLESIA DOMESTICA
1. Ver
El
Papa Francisco visitará Irlanda en ocasión del Encuentro Mundial de las
Familias que se celebrará en Dublín en agosto de 2018.
En cada encuentro
de las Familias convocado por el Papa suceden numerosos testimonios de
conversión, que son una riqueza para las familias.
https://m.youtube.com/watch?v=Qi_wcK49Dlg
2. Juzgar
·
Dios nos habla: Juan 10, 2-5
“Pero
el Pastor de las ovejas entra por la puerta. El cuidador le abre, y las ovejas
escuchan su voz: llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera
del corral. Cuando ha sacado a todas las que son suyas, va caminando al frente
de ellas y lo siguen porque conocen su voz. A otro no lo seguirán: más bien
huirán de él porque desconocen la voz del extraño”.
· Francisco nos dice: Amoris Laetitia (La Alegría del
amor) 87
“La Iglesia es
familia de familias, constantemente enriquecida por la vida de todas las
iglesias domésticas. Por lo tanto, «en virtud del sacramento del matrimonio
cada familia se convierte, a todos los efectos, en un bien para la Iglesia. En
esta perspectiva, ciertamente también será un don valioso, para el hoy de la
Iglesia, considerar la reciprocidad entre familia e Iglesia: la Iglesia es un
bien para la familia, la familia es un bien para la Iglesia. Custodiar este don
sacramental del Señor corresponde no sólo a la familia individualmente sino a
toda la comunidad cristiana.”
· Reflexión:
Francisco,
en el encuentro con la Comunidad
Carismática del Santo Espíritu, el 1 de junio de 2014 nos cuenta que "Las
familias son la Iglesia doméstica dónde Jesús crece, crece en el amor conyugal,
crece en la vida de los hijos. Y por esto el enemigo ataca tanto a la familia:
“el demonio no la quiere e intenta destruirla, intenta que el amor no se dé.
Las familias son esta Iglesia doméstica".
Los vínculos que
unen la Iglesia y la familia, hacen de esta última una "Iglesia en
miniatura" (Ecclesia domestica).
La
Iglesia Madre engendra, educa, y edifica la familia cristiana, practicando la
misión de salvación recibida del Señor. Con la Palabra, la Iglesia enseña a la
familia su verdadera identidad, lo que es y debe ser según el plan del Señor.
Con la celebración de los sacramentos, la Iglesia enriquece a la familia
cristiana con la gracia de Cristo. Con la proclamación del mandamiento de la
caridad, la Iglesia anima y guía a la familia cristiana al servicio del amor.
La
familia cristiana participa de la misión de la Iglesia convirtiéndose en
símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia.
Los
esposos tienen dentro de la Iglesia un lugar especial; porque así como componen
con su familia una célula viva de la sociedad, del mismo modo, por su
sacramento, constituyen una célula viva de la Iglesia: una “Iglesia Doméstica”.
Ellos poseen su propio don dentro del pueblo de Dios en su estado y forma de
vida.
En
esta pequeña Iglesia doméstica los padres han de ser para sus hijos los
primeros anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de
favorecer la vocación personal de cada uno y, con cuidado especial, la vocación
a la vida consagrada.
Los
padres de familia son los pastores de la iglesia doméstica y responsables de
ese pequeño rebaño que son sus hijos. Para ello han sido llamados por Dios en la gracia del sacramento. El
ejercicio de esta acción pastoral es fundamental para su desarrollado y crecimiento. En la familia los hijos se
forman como personas y pueden crecer en madurez con el aprendizaje del
compartir, el respeto por el otro, la donación y el servicio. Como cristianos,
en el hogar todos nos educamos en la fe, con la vivencia de los valores
evangélicos. La familia es el espacio propio donde todos sus miembros
evangelizan y son a su vez evangelizados.
Entre esta Iglesia
doméstica y la Iglesia se da una relación recíproca cuyo centro es Cristo. De
modo que, así como en la unión de Cristo y su Iglesia ven los esposos un modelo
por imitar, de la misma manera en el amor de los esposos ve la Iglesia el signo
de su propia unión nupcial con Cristo. Ser pues Iglesia doméstica es ser el
lugar donde se edifica la santidad y desde donde el mundo y la Iglesia pueden
ser santificados.
3. Actuar
Reflexiona
y descubre de qué manera la familia es verdadera iglesia doméstica.
¿Cómo
contribuyes a que cada miembro de tu familia participe de la misión de la
Iglesia?
¿Puedo
hacer que mi familia sea verdaderamente una iglesia doméstica?
¿Qué
acciones concretas de evangelización podrían realizar los miembros de mi
familia?
ORACION:
Jesús,
María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a
vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa
Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y
cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias
domésticas.
Santa
Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia,
de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado, sea pronto
consolado y curado.
Santa
Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e
inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús,
María y José, escuchad, acoged nuestras suplicas.
Amén
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