Hoy, en polémica con los fariseos, Jesucristo sitúa como
ejes de la convivencia social la justicia y el amor de Dios, anteponiéndolos a
puntos de vista particulares. Paz y Derecho, paz y justicia están
inseparablemente unidos. Donde se pisotea el Derecho la injusticia toma el
poder y la paz queda amenazada.
Un criterio profundo de la política deben ser los valores
morales, no creados por nosotros, sino reconocidos e iguales para todos los
hombres. Sin ellos el Derecho puede ser usado criminalmente con fines
partidistas. Destacan dos factores diluyentes de la justicia. Primero, el
"cinismo de la ideología", que ofusca las conciencias justificando
cualquier medio para alcanzar los objetivos partidistas. Segundo, el
"cinismo de los negocios" (la explotación sin escrúpulos de las
reservas naturales), donde también lo útil ocupa el lugar del bien y el poder
desplaza al Derecho.
—Señor, el cristianismo no nos aleja de la razón, sino que
la ilumina: para la paz, haz que la fe serene la razón, frecuentemente deformada
por la tiranía ideológica.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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