24-03-2013 L’Osservatore Romano
Bastan estas dos palabras que el Papa Francisco dirige a
Benedicto XVI para comprender la atmósfera del encuentro de ayer sábado, 23 de marzo, en las Villas Pontificas de Castel Gandolfo. De ello
informó a la prensa el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de
Información de la Santa Sede.
El Papa Francisco llegó en helicóptero a las 12:15 h. Le
acompañaba el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Angelo Becciu;
el regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo Sapienza;
y monseñor Alfred Xuereb. Benedicto XVI le esperaba en el helipuerto de las
Villas, le salió al encuentro y ambos se abrazaron con evidente afecto. Después
el Papa saludó al obispo de Albano, monseñor Marcello Semeraro, y al director
de las Villas Pontificias, Saverio Petrillo, antes de subir al coche con
Benedicto XVI para trasladarse al Palacio. El Papa Francisco “se situó a la
derecha —observó el padre Lombardi—, o sea, en el lugar del Papa, mientras que
Benedicto XVI se colocó a la izquierda”. Al mismo automóvil subió el arzobispo
Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia.
Llegados a la residencia papal, los dos subieron al
apartamento y fueron a la capilla para tener un momento de oración. También
esta vez —dijo el director de la Oficina de información— Benedicto XVI “ofreció
su puesto de honor al Papa Francisco, pero este dijo 'somos hermanos'”,
arrodillándose en el mismo banco. Después de la oración, el Papa Francisco obsequió
a Benedicto XVI una imagen mariana. “Me han dicho —explicó el Pontífice
enseñando el regalo— que se trata de la Virgen de la Humildad. Permítame
decirle algo: cuando me lo dijeron pensé enseguida en usted, en los muchos
ejemplos maravillosos de humildad y de ternura que nos ha dado durante su
pontificado”.
Alrededor de las 12:30 h. empezó el coloquio privado,
prolongándose unos tres cuartos de hora. El Padre Lombardi indicó algunos
detalles del atuendo: para Benedicto XVI “una sencilla talar blanca, sin banda
ni esclavina”, que en cambio sí vestía el Papa Francisco.
En el almuerzo, en el apartamento, participaron el arzobispo
Gänswein y monseñor Xuereb.
El Papa, acompañado de Benedicto XVI hasta el helipuerto,
regresó al Vaticano hacia las 14.50 h.
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