Hoy, fiesta de san José, consideramos teológicamente la
realidad del trabajo. La "Biblia" muestra cómo el trabajo pertenece a
la condición originaria del hombre. Cuando el Creador plasmó al hombre a su
imagen y semejanza, lo invitó a trabajar la tierra... Y el mismo Hijo de Dios,
haciéndose semejante en todo a nosotros, dedicó muchos años a actividades
manuales (era el "hijo del carpintero").
El trabajo es fundamental para el desarrollo del hombre y
de la sociedad. Debe organizarse "siempre" en el pleno respeto de la
dignidad humana y al servicio del bien común: el hombre es sujeto y
protagonista del trabajo. Al mismo tiempo, es indispensable que el hombre no se
deje dominar por el trabajo, que no lo idolatre, pretendiendo encontrar en él
el sentido último y definitivo de la vida.
—Es necesario vivir una espiritualidad que ayude a los
creyentes a santificarse a través de su trabajo, imitando a san José, que cada
día debió proveer con sus manos a las necesidades de la Sagrada Familia.
Fuente: master·evangeli.net
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