“Bienaventurados los constructores de paz
porque ellos serán llamados Hijos de Dios”
(Mt 5,9)
Con dolor y pesar todos los peruanos vemos, una vez
más, el desenlace de un conflicto que enfrenta a hermanos contra hermanos y que
deja como saldo no solamente varias personas heridas sino también la
irreparable pérdida de tres vidas humanas en la Provincia de Celendín, en
Cajamarca.
Ante tan penosos incidentes ocurridos ayer, la Conferencia
Episcopal Peruana, hace una nueva invocación a todos los actores del conflicto,
para dejar los discursos que incitan a la violencia, para medir la fuerza con
que se aplica el control de los enfrentamientos, para reflexionar juntos sobre
las soluciones concertadas y de modo especial para desistir de la violencia
como una manera de lograr los objetivos de una comunidad o de un pueblo.
Los Obispos del Perú vuelven a recordar que “La vida es un
valor supremo que en cualquier circunstancia debe ser protegida y privilegiada,
tanto la de nuestras comunidades campesinas, como las que quienes, en
cumplimiento de su deber constitucional, procuran el restablecimiento del
orden”.
Acompañamos el dolor de las familias que sufren por la
pérdida de sus seres queridos y rezamos por ellos. Exhortamos al pueblo de
Celendín y a las comunidades de Cajamarca a la serenidad y demandamos cese este
enfrentamiento entre compatriotas. Del mismo modo invocamos tanto a las
autoridades políticas, así como a las comunidades de Cajamarca a reiniciar en
el más breve plazo el canal del diálogo, y que debe ser utilizado como la única
vía para resolver racional y pacíficamente los conflictos.
En su misión evangelizadora la Iglesia anuncia el valor de
la vida y el respeto de los derechos fundamentales de las personas, promueve
actitudes de respeto por la naturaleza y promueve una cultura de paz y de
diálogo, por eso nos mantenemos a disposición del país para colaborar en lo que
nos sea requerido, a fin de devolver la tranquilidad a las poblaciones
afectadas de todo el Perú, especialmente del querido pueblo de Cajamarca.
Invocamos la intercesión de la Virgen del Carmen, Patrona
de Celendín, e invitamos a todos a elevar este día una oración por la paz, para
que Dios conceda a nuestro pueblo el inapreciable don de la paz y la concordia.
Lima, 4 de Julio del 2012
+ Salvador Piñeiro
García-Calderón
Presidente de la Conferencia
Episcopal Peruana
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