Fuente: Agencia Zenit
Ha sido presentado el Año de la Fe que se realizará del 11
de octubre del presente año al 24 de noviembre del 2013, así como su calendario
de eventos principales que se realizarán en Roma.
Junto al evento y su calendario se presentaron también el
logo, himno, y diversos particulares. Entre ellos la imagen símbolo del evento
que será el Cristo de la catedral de Cefalú, distribuido en una estampa que tendrá además el credo
nicenocontantinopolitano, pues “uno de los objetivos del Año de la Fe es hacer
del Credo la oración cotidiana, aprendida de memoria, como era costumbre en los
primeros siglos del cristianismo”.
Lo indicó en la conferencia de prensa que se realizó en el
Aula Juan Pablo II de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Monseñor Rino
Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización.
Monseñor Fisichella subrayó que es muy importante la
participación de los laicos en el Año de la Fe. Y precisó que “el último fue en
1968, con el deseo de recordar el martirio del apóstol Pedro según la
tradición. No olvidemos que el 68 trae a la mente de todos un particular
momento de la historia y por lo tanto Pablo VI en aquella circunstancia quiso
concluir el Año de la Fe con la profesión de fe recordada en nuestros días como
el Credo del Pueblo de Dios”.
“Por lo tanto –prosiguió su respuesta– existen momentos
extraordinarios para circunstancias peculiares. En este caso son los cincuenta
del Concilio Vaticano II y los veinte de la publicación del Catecismo de la
Iglesia católica, por lo que se quiso sea un momento de reflexión especialmente
en un contexto de crisis generalizada”.
Y en su respuesta Fisichella precisó: “No escondemos que
existe una crisis de fe, entretanto solamente en el momento en el cual se toma
plena conciencia de la crisis, se puede ser capaces de encontrar las formas
para dar un remedio a este momento crítico”.
“Por lo tanto –prosiguió– el Año de la Fe es un período
que quiere ser una ayuda para ofrecer a los creyentes, a los que ya creen, un
apoyo en la fe cotidiana; a quienes están buscando o tienen nostalgia de Dios
un signo concreto de que Dios está presente y vivo en medio de nosotros. Es la
experiencia de Jesucristo que debe ser comunicada. Pero también a quienes están
buscando a Dios o a los que lamentablemente ni se ponen el tema de la ausencia
de Dios. Es un modo para indicar que sin Dios, o pensar a vivir como si Dios no
existiera no nos llevará muy lejos. Por ello pensamos sea una contribución
particular al actual momento histórico que estamos viviendo”.
En el curso de la conferencia de prensa monseñor
Fisichella presentó el amplio calendario, y en ese momento con un clic fue
activada la web www.annusfidei.va que dará informaciones también sobre los
eventos locales y que dentro de pocos días estará disponible en varios idiomas.
Fue también presentado el logo: “Representa una barca,
imagen de la Iglesia navegando sobre las aguas. El mástil mayor es una cruz que
iza las velas que contienen signos con el trigrama de Cristo (IHS). En el fondo
de las velas está representado el sol que asociado al trigrama nos lleva a la
Eucaristía”.
Entre las iniciativas anunció “el himno oficial del Año de
la Fe. Credo, Domine, adauge nobis fidem es el estribillo que permanece como
invocación al Señor pidiendo nos aumente la fe, siempre débil y necesitada de
su gracia”.
Después en setiembre saldrá en diversos idiomas el
“Subsidio Pastoral, Vivir el Año de la Fe”, preparado para las comunidades
parroquiales y para quienes quieran conocer los contenidos del Credo”.
Pero principalmente Monseñor Fisichella quiso explicar las
motivaciones indicadas por Benedicto XVI en su carta apostólica Porta Fidei:
“Como sucesor de Pedro he recordado la exigencia de descubrir el camino de la
fe para poner en luz, siempre con mayor evidencia, la alegría y el renovado
entusiasmo del encuentro con Cristo”.
El Año de la Fe, servirá para sostener el testimonio de
tantos creyentes “que en las fatigas cotidianas no dejan de confiar con
convicción y coraje su propia existencia al Señor Jesús” precisó.
“Pero particularmente en este año marcado por una crisis
generalizada que golpea también la fe. Sometido desde hace décadas a las
correrías de un secularismo que en nombre de la autonomía individual pedía la
independencia de cada autoridad revelada y hacía suyo el programa de ‘vivir en
el mundo como si Dios no existiera’, nuestros contemporáneos se encuentran
muchas veces sin saber ya ubicarse. La crisis de fe es expresión dramática de
una crisis antropológica que dejó al hombre a si mismo. Por ello hoy se
encuentra confundido, solo, a la merced de fuerzas de las que no conoce ni
siquiera el rostro y sin una meta a la cual dedicar su existencia”.
Para concluir, Monseñor Fisichella agradeció al papa por
“haber querido este Año” y agregó: “La espera es grande como lo es el deseo de
querer corresponder en modo pleno y coherente”, y le dio las gracias “porque
decidió dedicar las catequesis de los miércoles al tema de la fe”.
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