Penitente.
Martirologio Romano: En Foligno, de la Umbría,
Italia, beato Pedro Crisci, el cual, distribuidos todos sus bienes entre los
pobres, se puso al servicio de la catedral y llevó vida humilde y penitente en
la torre del campanario. († 1323)
En el antiguo Martirologio Romano se lo recordaba el 15 de
junio.
Nos encontramos ante la figura de un eremita urbano en la
Umbría cristiana. Pedro Crisci, llamado popularmente “Pedrillo”, nació en
Foligno de un tal Pedro, de la familia de los Cresci, en fecha incierta, pero
que los estudios la ubican en el año 1243.
A la edad de 30 años vendió todos los bienes heredados de
su padre y distribuyó lo recaudado entre los pobres, y empezó a vivir al
servicio de la catedral de Foligno, durmiendo en un pequeño hueco del
campanario, haciendo oración y ayuno. En aquellos días no era raro encontrar
personas penitentes que decidían vivir al amparo de un templo, ofreciendo sus
servicios cuando hacían falta, manteniéndose con la limosna, y llevando una
vida casi eremítica en el contexto de la ciudad; a esta particular categoría
también perteneció. Teobaldo
Roggeri, que vivió al amparo de la iglesia de Alba en Piamonte, son
testimonios de que la santidad se puede alcanzar en cualquiera condición de
vida.
El beato Pedro Crisci en el período de los movimientos a
religiosos umbrenses de la primera mitad del siglo XIV, fue acusado e
investigado por la Inquisición. Su espiritualidad es cercana a la de la Beata
Ángela de Foligno y a la de Santa
Clara de Montefalco, entregado a las más ásperas penitencias; también
realizó algunas peregrinaciones a Roma y a Asís.
Es muy probable que aquel "Pedro de Foligno" que
junto al beato Cecco de Montegranaro, terciario franciscano, edificó la iglesia
de Santa Maria de Montegranaro cerca de Pesaro.
Pedro murió en Foligno el 19 de julio de 1323 con fama de
santidad; el padre dominico Juan Gorini de San Geminiano recibió del obispo
Agneletti de Foligno el encargo de escribir la «Vita» o «Legenda» del santo,
que es la única fuente biográfica que poseemos, y que es la fuente de todas las
biografías escritas posteriormente.
El beato fue muy venerado durante todo la edad media, y ya
en el siglo XIV los estatutos municipales, insertaron el 19 de julio entre las
fiestas importantes, día en el que también se tenía una feria, la que todavía
existe.
En mayo del 1400 el papa Bonifacio IX concedió indulgencia
a quienes ese día o los tres siguientes hubiesen visitado la iglesia catedral
de San Feliciano. En la actualidad su cuerpo se encuentra en una urna de madera
tallada que los fieles pueden visitar en una capilla de la catedral de Foligno,
capilla dedicada que fuera construida en 1385 y restaurada en 1870.
El Beato Pedro Crisci ha sido representado, desde los
primeros años después de su muerte, vestido con un grueso costal, de rodillas
con las manos alzadas hacia el sol y la aureola sobre su cabeza; en la ´Vida´
antes mencionada, se dice que durante la oración él levantaba la mirada hacia
el sol, y en ese momento tenía el regalo de entrever en el globo ardiente, el
verdadero sol, que es Cristo y que por su gracia él pudo mirar, la cegadora
luz, sin padecer daños en sus ojos.
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