Hoy, san Lucas "prepara el terreno" para
enmarcar históricamente la narración de la encarnación del Hijo de Dios. Además
de una primera acotación cronológica ("en los días de Herodes"),
comienza su Evangelio relatando los orígenes del Bautista, el inmediato
precursor de Jesucristo. Ambos son concebidos mediante intervención divina,
después de un anuncio extraordinario cuyo portavoz es el Arcángel Gabriel.
Los paralelismos entre ambas "anunciaciones",
por contraste, contribuirán a resaltar la plenitud de gracia en María y de
divinidad en Jesús. Ante la magnitud del anuncio y de sus circunstancias,
sorprende que Zacarías pida una prueba al Arcángel. María, seis meses más
tarde, no lo hará. En consecuencia, durante la Visitación, Isabel —esposa de
Zacarías y madre del Bautista todavía no nacido— dirigirá a María la primera
bienaventuranza del Evangelio: "Bienaventurada tú, que has creído"
(Lc 1,45). María es la creyente por excelencia, la fiel pura y perfecta.
—Aunque en mi "casa" el Ángel no entre de forma
visible, Dios tiene para mí un proyecto. María, ayúdame a escucharle
confiadamente.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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