Hoy, la liturgia propone el pasaje evangélico en el que
san Lucas prepara la escena en la que Jesús está a punto de aparecer para
comenzar su misión pública. El evangelista destaca la figura de Juan el
Bautista, que fue el precursor del Mesías, y traza con gran precisión las
coordenadas espacio-temporales de su predicación.
Dos cosas atraen nuestra atención. La primera es la
abundancia de referencias a todas las autoridades políticas y religiosas de
Palestina en los años 27 y 28 d.C. Evidentemente, el evangelista quiere mostrar
a quien lee o escucha que el Evangelio no es una leyenda, sino la narración de
una historia real; que Jesús de Nazaret es un personaje histórico que se
inserta en ese contexto determinado. Segundo: después de esta amplia
introducción histórica, el sujeto es "la Palabra de Dios", presentada
como una fuerza que desciende de lo alto y se posa sobre Juan el Bautista.
—La flor más hermosa que ha brotado de la Palabra de Dios
es la Virgen María.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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