lunes, 16 de febrero de 2015

Cristo no se arroja desde el pináculo del Templo


Hoy —y continuamente— se pide una "señal" al Señor. El diablo también lo "intentó"… y le "tentó" en el desierto: "Si eres Hijo de Dios...". Volveremos a escuchar estas palabras a los que se burlaban de Jesús en el Calvario: "Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz". Se superponen la burla y la tentación: para ser creíble, Cristo debe dar una prueba de lo que dice ser.

Es "probado" del mismo modo que se prueba una mercancía: debe someterse a las condiciones que nosotros consideramos necesarias para llegar a una certeza. Esta petición de pruebas acompaña a Jesús durante toda su vida. "Si eres Hijo de Dios...": ¡qué desafío! Su señal, sin embargo, fueron la "pequeñez" y los "pañales"; no cedió al expediente de "pan y circo": ni convirtió piedras en panes, ni bajó de la Cruz, ni se lanzó desde…

—Cristo no se arroja desde el pináculo del Templo. Pero ha descendido al abismo de la muerte, como acto del amor de Dios por los hombres.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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