Hoy —y continuamente— se pide una "señal" al
Señor. El diablo también lo "intentó"… y le "tentó" en el
desierto: "Si eres Hijo de Dios...". Volveremos a escuchar estas
palabras a los que se burlaban de Jesús en el Calvario: "Si eres Hijo de
Dios, baja de la cruz". Se superponen la burla y la tentación: para ser
creíble, Cristo debe dar una prueba de lo que dice ser.
Es "probado" del mismo modo que se prueba una
mercancía: debe someterse a las condiciones que nosotros consideramos
necesarias para llegar a una certeza. Esta petición de pruebas acompaña a Jesús
durante toda su vida. "Si eres Hijo de Dios...": ¡qué desafío! Su
señal, sin embargo, fueron la "pequeñez" y los "pañales";
no cedió al expediente de "pan y circo": ni convirtió piedras en
panes, ni bajó de la Cruz, ni se lanzó desde…
—Cristo no se arroja desde el pináculo del Templo. Pero ha
descendido al abismo de la muerte, como acto del amor de Dios por los hombres.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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