Mártir.
Martirologio Romano: San Wenceslao, mártir, duque de
Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana,
fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso
para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que
estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en
gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano
Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia
(929/935).
Fecha de
canonización: Información
no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para
archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano,
han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos
que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los
Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació
en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación
de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando
era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra
los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la
nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al
pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de
persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del
cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una
latente amenaza para sus intereses.
Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue
expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo,
y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la
Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los
culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con
justicia y misericordia.
Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba
el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de
los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó
de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y
pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en
centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia
y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de
Checoslovaquia.
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