Beato Ralph Corby |
Presbíteros y Mártires.
Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra,
beatos Ralph Corby, jesuita, y Juan Ducket, presbíteros y mártires, que,
siendo rey Carlos I, fueron condenados a muerte en el patíbulo de Tyburn por
haber entrado en Inglaterra como sacerdotes, alcanzando así la palma celestial (1644).
Fecha de
beatificación: 15
de diciembre de 1929 por el Papa Pío XI.
Juan Ducket nació en Inglaterra, en 1613, en la región de
Yorkshire. Se cree que era sobrino del beato Jaime Ducket, quien también fue
mártir. Realizó los primeros estudios en un colegio inglés de la ciudad de
Douai (Francia), donde más tarde recibió la ordenación sacerdotal. Años después
concurrió a la universidad de París.
Al confesar que era sacerdote católico, fue enviado a
Londres y encarcelado en un presidio de las cercanías. Allí lo acompañó el
padre Ralph Corby, sacerdote jesuita, también apresado cuando celebraba misa en
la localidad de Hamsterley Hall.
Este último vio la luz en 1598 en Maynooth. Todos los
miembros de su familia habían ingresado a la vida consagrada. Su padre y dos de
sus hermanos pertenecían a la compañía de Jesús, y dos hermanas eran
benedictinas en Bruselas.
Ralph Corby se incorporó a la Compañía en Watten
(Vlandes). Tenía treinta y cuatro años cuando comenzó su apostolado en
Inglaterra, en el condado de Durham, de donde era oriunda su familia. Durante
doce años trabajó infatigablemente, sosteniendo con su palabra de fe a los
fieles, atemorizados por la persecución de la corona.
En el mes de setiembre ambos sacerdotes fueron condenados
a morir en el patíbulo. Fuera de Inglaterra, los jesuitas trabajaron para
conseguir la libertad del padre Corby, quien al enterarse ofreció su lugar al
padre Ducket, cosa que éste no aceptó. Las gestiones emprendidas para
liberarlos fracasaron, y el día 7 de setiembre de 1644 fueron llevados a
Tyburn. Tranquilos y sonrientes marcharon hacia el lugar del suplicio. El padre
Ducket bendecía a todos aquellos que se acercaban. A un pastor protestante que
quiso convertirlo, lo atajó diciendo: "No he venido a este lugar para que
me enseñen mi fe, sino a morir por ella".
Puestos bajo las respectivas horcas, el padre Corby habló
a los que allí se hallaban, exaltando la fe católica y su alegría por haber
merecido la palma del martirio. La víspera de la ejecución, el beato Juan
Ducket escribió una carta al vicario apostólico de Inglaterra, quien en ese
entonces se hallaba en París. En ella le expresaba que no temía a la muerte,
que la recibiría con júbilo, "porque Cristo es mi vida y la muerte mi
victoria".
Si usted tiene información relevante para la canonización
de los Beatos Juan y Ralph, por favor contacte a:
Catholic
Bishops’ Conference of England
and Wales
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