14-09-2012 Radio Vaticana
(RV).- Miles de fieles libaneses saludaron con jubilo a
Benedicto XVI en su trayecto de casi cuarenta kilómetros entre el aeropuerto de
Beirut hasta la Nunciatura Apostólica, en la ciudad de Harissa, al norte del
país, donde pernoctará en estos días. Luego de su coloquio privado con el
Pontífice en el aeropuerto Rafik Hariri de Beirut, el presidente libanes
Suleiman afirmó que el Papa le dijo que su visita “subraya las excelentes
relaciones que desde siempre existen entre El Libano y la Santa Sede y que ésta
quiere reforzarlas”. "Esta visita – recordó el Papa al presidente libanes
– es además la respuesta a aquellas que Ud. me hizo en el Vaticano, en
noviembre del 2008 y, recientemente, en febrero de 2011, seguida nueve meses
después de aquella del Primer Ministro". Recordamos que en el aeropuerto
estuvieron presentes entre otras autoridades con el presidente Suleiman,
cristiano maronita, el premier Najb Miqati, sunita, y el presidente del
Parlamento, el chiita Nabih Berri. El abrazo del pueblo libanes al paso del Santo
Padre fue unánime: Barrios de predominio chiita vieron pasar la comitiva papal
que circuló también cerca a los campos palestinos de Sabra y Shatila, que
exactamente hace 30 años fueron escenario de una de las paginas más tristes de
la historia de este país: la masacre de miles de prófugos palestinos, en 1982.
Benedicto XVI también encontró multitudes en fiesta a su paso por diversos
barrios de Beirut y en la ciudad costera de Jounieh a los pies de Harissa. Esa
pequeña ciudad es celebre por el Santuario de Nuestra Señora de El Líbano, y de
allí partió a las 17.50 -hora local- hacia la Basílica Greco- Melquita de San
Pablo, donde firmó la esperada Exhortación apostólica post-sinodal para Oriente
Medio, la ceremonia central de esta primera jornada del Papa en el Líbano.
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