(RV).- A las 13 con 45 minutos -hora local- Benedicto XVI
inició en una nublada Beirut este periplo en el cual idealmente lo acompañan
todos los cristianos de Oriente y los hombres de buena voluntad. Mucha juventud
en el aeropuerto Rafik Hariri de la capital saludó con gran entusiasmo al Santo
Padre coreando en español la ya célebre en todo el mundo “Esta es la juventud
del Papa”, hecha popular desde la JMJ de Madrid. “El Líbano es tierra de
martirio pero también de convivencia entre las diversas comunidades, un modelo
de coexistencia”: el presidente libanes, Michel Sleiman, en su discurso de
bienvenida, saludó al Pontífice con estas palabras, a la vez que manifestó el
gran gozo y agradecimiento de su pueblo por esta visita. En otro momento de sus
palabras el presidente se refirió al drama de los prófugos palestinos en El
Líbano… Sleiman, católico maronita, afirmó que "los cristianos están
radicados en este país y en toda la región desde hace siglos, y continuarán a
enviar un mensaje de convivencia". Empieza así el viaje de tres días del
peregrino de paz, que “como amigo de Dios”, y como “amigo de todos los
habitantes de todos los países de la región, cualquiera sea su pertenencia y su
credo'', llega a una tierra torturada de esta parte del mundo que ha visto
nacer y crecer las tres grandes religiones monoteístas.
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