C O M U N I C A D O
“Los que trabajan por la Paz…
cosechan frutos en todo lo bueno” (St. 3, 18)
La Iglesia presente en la historia de los pueblos comparte
como suyos “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los
hombres” de cada tiempo. En ese sentido, vemos con preocupación la situación
nacional que se vive en el sector educativo y en el sector salud y queremos con
nuestra oración e invocación abrir caminos de diálogo que conduzcan a la
fraternidad.
Conviene recordar que “la escuela, en virtud de su misión,
a la vez que cultiva las facultades intelectuales, promueve los valores y
prepara los alumnos a la vida profesional”, es un lugar privilegiado para
construir un Perú grande, capaz de vencer la pobreza y la injusticia y de
fomentar la solidaridad y el desarrollo. Podemos, por eso, decir: “Hermosa es,
por tanto, y de suma importancia la vocación de todos los que, ayudando a los
padres y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en
las escuelas”.
Es oportuno también, reflexionar, desde la persona, centro
y finalidad de toda Ley, que la salud es un derecho fundamental de todo ser
humano: que los Estados deben garantizar y al cual toda persona debe tener
acceso sin privilegios ni exclusiones. En ese sentido, la presencia y el
trabajo de los profesionales de la salud se convierte en una noble y admirable
misión de servicio a la vida y a la dignidad de cada persona.
Invoco, por eso, al Gobierno y a los trabajadores de los
sectores de educación y salud a encontrar soluciones, que atendiendo sus justas
necesidades, busquen sobretodo el bien común, de modo especial de los niños y
adolescentes en edad escolar y de las personas que necesitan atender su salud.
Es necesario que se encuentren soluciones evitando la violencia, y dentro de un
clima de justicia, solidaridad, diálogo y el respeto mutuo.
Que Dios nuestro Señor, por la intercesión de la Virgen de
la Merced, bendiga a nuestro Perú y nos conceda la paz.
Lima, 28 de Setiembre del 2012
Mons. Salvador Piñeiro
García-Calderón
Arzobispo Metropolitano de
Ayacucho
Presidente de la Conferencia
Episcopal Peruana
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