Hoy encontramos la enseñanza de Jesús sobre el perdón al
comienzo del "Sermón de la Montaña", en una nueva interpretación del
quinto mandamiento. La ofensa sólo se puede superar mediante el perdón, no a
través de la venganza. Dios es un Dios que perdona porque ama a sus criaturas;
pero el perdón sólo puede penetrar, sólo puede ser efectivo, en quien a su vez
perdona.
El Señor nos dice que no se puede presentar ante Dios
quien no se ha reconciliado con el hermano; adelantarse con un gesto de
reconciliación, salir a su encuentro, es una condición previa para dar culto a
Dios correctamente. A este respecto, podemos pensar que Dios mismo, sabiendo
que los hombres estábamos enfrentados con Él como rebeldes, se ha puesto en
camino desde su divinidad para venir a nuestro encuentro, para reconciliarnos.
—Jesús, antes del don de la Eucaristía, te arrodillaste ante
tus discípulos y les lavaste los pies sucios, los purificaste con tu su amor
humilde. Que sea así mi perdón.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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