Hoy, Jesús es interpelado acerca de algunos hechos
luctuosos. Frente a la fácil conclusión de considerar el mal como un efecto del
castigo divino, Jesús presenta la imagen verdadera de Dios, que es bueno y no
puede querer el mal.
Jesús invita a hacer una lectura distinta de esos hechos,
situándolos en la perspectiva de la conversión: las desventuras, los
acontecimientos luctuosos, no deben suscitar en nosotros curiosidad o la
búsqueda de presuntos culpables, sino que deben representar una ocasión para reflexionar,
para vencer la ilusión de poder vivir sin Dios, y para fortalecer, con la ayuda
del Señor, el compromiso de cambiar de vida.
—La posibilidad de conversión exige que aprendamos a leer
los hechos de la vida en la perspectiva de la fe, es decir, animados por el
santo temor de Dios. En presencia de sufrimientos y lutos, la verdadera
sabiduría es dejarse interpelar por la precariedad de la existencia y leer la
historia humana con los ojos de Dios.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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