Hoy meditamos el cambio total de perspectiva que, camino
de Damasco (c. a. 30), san Pablo experimentó mientras perseguía a la Iglesia:
inesperadamente, comenzó a considerar "pérdida" y "basura"
todo aquello que antes constituía para él la razón de su existencia. ¿Qué
sucedió?
Los "Hechos de los Apóstoles" narran que Cristo
resucitado se presentó como una luz espléndida y se dirigió a Saulo,
transformando su vida misma. El esplendor del Resucitado lo dejó ciego, pero,
después, su "sí" definitivo a Cristo en el Bautismo abrió de nuevo
sus ojos. Las "Cartas" de san Pablo, sin dar detalles, en muchas
ocasiones afirman que también él fue testigo de la resurrección de Jesucristo,
cuya revelación recibió directamente del mismo Jesús.
—El Resucitado habló a san Pablo, llamándole a ser apóstol
específicamente de los paganos. Al mismo tiempo, aprendió que, a pesar de su
relación inmediata con el Resucitado, debía entrar en la comunión de la Iglesia
recibiendo el Bautismo: sólo en esta comunión con todos podía ser un verdadero
apóstol.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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