Hoy —continuando con las parábolas acerca del Reino—
entendemos que la doctrina de Cristo es "luz" para todo el mundo.
Pero, ¿dónde vemos este reinado? Pilatos hizo esa pregunta, pero despreció la
respuesta… Jesús proclama el Reino "de Dios", no otro cualquiera:
anuncia al Dios vivo, que es capaz de actuar en el mundo y en la historia de un
modo concreto.
El aspecto nuevo y totalmente específico de su mensaje
consiste en que ésta es la hora en que Dios —de una manera que supera cualquier
modalidad precedente— se manifiesta en la historia como su verdadero
"Señor", como el Dios viviente. Su soberanía sobrepasa el
"momento", va más allá de la historia entera y la trasciende. Pero al
mismo tiempo es algo absolutamente presente: en la liturgia, en el templo y en
la sinagoga; en la oración y vida del creyente.
—Tu poder, Señor, es silencioso, pero constituye la
verdadera soberanía: la gloria de Cristo —la gloria humilde y dispuesta a
sufrir— no ha desaparecido… ni desaparecerá.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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