Hoy, Jesús protagoniza un gesto cuyo alcance iría mucho más lejos que el simple hecho de la expulsión de los "vendedores": está fuera de duda que Él anunció el fin del Templo, y precisamente su final teológico, histórico-salvífico. Lo confirma, además del "Discurso Escatológico", la expresión "vuestra casa quedaría vacía" (Mt 23,38).
Jesucristo había amado el Templo como propiedad del Padre
y se había complacido en enseñar en él. Lo había defendido como "casa de
oración" para todas las naciones y trató de prepararlo para esta
finalidad. Pero sabía también que la época de este Templo estaba acabada y que
llegaría algo nuevo que estaba relacionado con su muerte y resurrección. Había
en el aire un cambio de alcance universal y de sentido imprevisible: dejaría de
ser la "casa de Dios"…
—El Templo con su culto quedó "demolido" en la
crucifixión de Cristo; en su lugar ahora está el Arca de la Alianza viva de
Jesucristo crucificado y resucitado.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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