Destrucción del Templo de Jerusalén - National Geographic |
Hoy Jesucristo, llorando por Jerusalén, anuncia su final
dramático, que llegaría el año 70. Con la expulsión del procurador Gesio Floro
y la defensa eficaz frente al contraataque romano, en el año 66 comenzó la
guerra judía. Pero no fue solamente una guerra de los judíos contra los
romanos, sino periódicamente también una guerra en buena parte civil entre
corrientes judías rivales. Esto fue lo primero que dio a la batalla por
Jerusalén tanta atrocidad.
Las palabras de Jesús manifiestan ante todo su amor profundo
por Jerusalén, su lucha apasionada para lograr el "sí" de la Ciudad
Santa al mensaje que Él ha de transmitir. Pero el núcleo de sus palabras no
apunta a las acciones exteriores de la guerra y la destrucción, sino al final
en el sentido histórico-salvífico del Templo, que se convierte en la casa que
"queda vacía": deja de ser el lugar de la presencia de Dios.
—Jesús, nuevo Templo de Dios, te pido perdón por las veces
que no he sabido acogerte.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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