Lectura
del santo evangelio según san Mateo 19,13-15
En aquel
tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y
rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: «Dejadlos, no
impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de
los cielos.» Les impuso las manos y se marchó de allí.
Reflexión
del Evangelio de hoy
“Lejos de
nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses”
Significativo,
vital, el diálogo de Josué con su pueblo. Se trata de elegir. De elegir, ni más
ni menos, a qué Dios quiere servir el pueblo. No es una elección como otra
cualquiera, de esta elección va a depender la totalidad de la vida. Josué
anima al pueblo a que elijan como Dios al “Señor”: “Temed al Señor, servidlo
con toda sinceridad; quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros
padres”.
De todas
las maneras, les dice algo de sentido común. Si elegir al Señor les resulta
duro, no felicitante… comprende que quieran elegir a otros dioses que les haga
la vida más agradable, pero él y su casa “serviremos al Señor”, en buena
lógica, porque encuentran en él justamente una vida que les llena.
Ante las
palabras de Josué, el pueblo, acordándose de todo lo que el Señor había hecho
con ellos, empezando por librarles de la esclavitud de Egipto, responde con
claridad: “¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros
dioses! ¡También nosotros serviremos al Señor; es nuestro Dios!”.
Sabemos
que Jesús se encontró, en algún momento, con una situación parecida. A
algunos de sus seguidores, cuando empezó a hablarles de él como pan de vida,
les parecieron duras sus palabras y dejaron de seguirle. Jesús tuvo la valentía
de preguntar a los que se quedaron con él si también elegían marcharse o seguir
con él. Sabemos cómo le respondieron: “¿A quién iríamos? Tú solo tienes
palabras de vida eterna”. Eso mismo le decimos nosotros y con toda alegría le
seguimos eligiendo a él como el Dios y Señor de nuestras vidas.
“De los
que son como ellos es el Reino de los cielos”
¿Qué
puede ver Jesús en los niños para hablarnos de ellos de esta manera: “De los
que son como ellos es el Reino de los cielos”? Quizás las notas más
sobresalientes de los niños sean la ingenuidad y la confianza. Los niños se
creen todo lo que sus padres les dicen. Ni se plantean que les puedan mentir.
Son sus padres, les quieren y les dicen siempre la verdad.
Esa misma
ingenuidad y confianza la debemos tener nosotros ante todo lo que nos dice
Jesús sobre nuestro Dios. Nos asegura que no es un ser lejano y despreocupado de nosotros. Es
nuestro Padre y Padre amoroso que cuida de cada uno de nosotros. Al que debemos
proclamar como Rey de nuestra vida, es decir, como el que queremos que rija y
dirija nuestros pasos. Estamos en buenas manos, en las manos amorosas de
nuestro Padre Dios.
San
Jacinto nació en Kamién (Polonia) en 1183. Siendo canónigo de la iglesia
de Cracovia fue a Roma, por motivos de estudios. Allí conoció a Santo Domingo
que le convenció para ingresar en la Orden recientemente fundada por él y del
que recibió el hábito dominicano. San Jacinto fue el gran propagador del
evangelio y de la Orden dominicana en Polonia hasta su muerte el 15 de
agosto de 1257.
Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/17-8-2019/
No hay comentarios:
Publicar un comentario