En la Basílica Catedral del Cusco, como en todas las
parroquias de la Arquidiócesis, se inició el Tiempo de Cuaresma, tiempo de
preparación para celebrar la Pascua. El Arzobispo del Cusco, Monseñor Juan
Antonio Ugarte Pérez, presidió la Santa Misa en la Basílica Catedral de la
Ciudad Imperial.
En su homilía, el Arzobispo nos recordó que, en Cuaresma
debemos cumplir la penitencia y el ayuno que la Iglesia nos pide, con espíritu
deportivo, con alegría, para ganarnos una medalla en el Cielo. Dijo que así
como hacemos algunos sacrificios para vernos bien físicamente, lo debemos hacer
también para purificar nuestra alma; recordándonos una vez más que el mejor
sacrificio que podemos ofrecer a Dios es nuestro cuerpo cansado por el trabajo.
También recordó que en este tiempo de Cuaresma, los fieles
católicos tenemos la oportunidad de redescubrir nuestro compromiso bautismal,
base de nuestra vida cristiana. Dijo que con el ayuno, la limosna y la oración,
nos disponemos, como buenos cristianos, en este tiempo de preparación. Recordó
que el “ayuno” significa la abstinencia de alimentos, pero sobre todo algunas
privaciones para una vida sobria que va ligada a la “limosna” y a las obras de
misericordia; es también un tiempo especial para reconocer nuestra necesidad de
Dios y dirigirnos a él con la “oración”.
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