Photo credit: Pontificia Universidad Católica de Chile / Foter.com / CC BY-SA
El Miércoles de Ceniza (dies cinerum) es el primer día de la Cuaresma en el calendario católico, protestante, y anglicano. Tiene lugar 46 días antes de Pascua; se considera que la Cuaresma tiene 40 días de duración (no se cuentan los domingos). Por tanto, dura 7 semanas.
Este día puede variar anualmente según se celebre la Pascua
que, ha de coincidir con el primer domingo, después de la primera luna llena de
primavera. Por tanto, el Miércoles de Ceniza puede variar entre el 4 de febrero
y el 10 de marzo.
La denominación proviene del siglo X, cuando fue
instituida la ceremonia de la bendición y imposición de la ceniza como signo
penitencial.
Este día, que para los católicos es día de ayuno y
abstinencia, igual que el Viernes Santo, se impone la ceniza a los fieles que
van a Misa. Según la tradición, la ceniza se ha de obtener a partir de la
cremación de los laureles y palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior,
y ha de ser impuesta en la cabeza de los fieles en forma de cruz.
La ceniza es símbolo de caducidad de la condición humana, signo
penitencial (utilizado desde el Antiguo Testamento) y de conversión, que tiene
que ser el aspecto dominante durante toda la Cuaresma. Durante la imposición de
la ceniza a los cristianos, el sacerdote pronuncia las palabras: ‘Memento, homo,
quia pulvis es, et in pulverem reverteris’, es decir: ‘Recuerda, hombre, que polvo
eres, y en polvo te convertirás’. En la actualidad se utiliza también la fórmula:
‘Conviértete y cree en el Evangelio’.
Antiguamente sólo se imponía la ceniza, a los pecadores públicos
que, se sometían al rito y posteriormente eran sacados del templo tras la
imposición.
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