25-03-2014
El Papa centró su homilía en Casa Santa Marta en la salvación. Francisco explicó que Dios siempre acompaña al pueblo en el camino hacia el Paraíso. Dijo que el camino de desobediencia que iniciaron Adán y Eva terminó con una obediencia, la de la Virgen María.
Papa Francisco
"La salvación es un regalo totalmente gratuito. No se compra con la sangre ni de toros ni de cabras, no se puede comprar. Solamente, para entrar en esta salvación, se pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente. Como el de María”.
Francisco concluyó que ser humilde significa tener un "corazón dócil”. También explicó que hay que dar gracias al Señor por el regalo de la salvación.
Extracto de la Homilía del Papa
(Fuente: Radio Vaticana)
"El Señor está en camino con su pueblo. ¿Y por qué caminaba con su pueblo con tanta ternura? Para ablandar nuestro corazón. Explícitamente lo dice, Él: ‘Yo haré de tu corazón de piedra un corazón de carne’. Ablandar nuestro corazón para recibir aquella promesa que había hecho en el Paraíso. Por un hombre entró el pecado, por otro hombre viene la salvación. Y este camino tan largo nos ayudó a todos nosotros a tener un corazón más humano, más cercano a Dios, no tan soberbio, no tan suficiente”.
"La salvación no se compra, ni se vende: se regala. Es gratuita. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos: la salvación es un regalo, totalmente gratuito. No se compra con la sangre ni de toros ni de cabras: no se puede comprar. Para entrar en nosotros esta salvación sólo pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente. Como el de María. Y el modelo de este camino de salvación es el mismo Dios, su Hijo, que no consideró un bien irrenunciable, ser igual a Dios. Lo dice Pablo”.
"Hoy podemos abrazar al Padre a quien, gracias a la sangre de su Hijo, se ha hecho como uno de nosotros, nos salva. Este Padre que nos espera todos los días… Miremos el icono de Eva y de Adán, miremos el icono de María y Jesús, miremos el camino de la historia con Dios que caminaba con su pueblo. Y digamos: ‘Gracias. Gracias, Señor, porque hoy Tú nos dices a nosotros que nos has regalado la salvación’. Hoy es un día para dar gracias al Señor”.
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