Segundo
Domingo de Pascua o Domingo de la Divina Misericordia
Preparar: Nos reunimos ante el altar familiar. Si hubiera una
imagen de la Divina Misericordia.
1. Introducción:
Hoy la iglesia celebra el domingo de la Misericordia. Esta fiesta
es celebrada en toda la iglesia recién desde el año 2000. Meditemos la imagen
de la Divina Misericordia como fue revelada a la Hermana Faustina en el año
1931:
Vemos unos rayos, que salen del corazón de Jesús. Es el inmenso
amor que Dios nos tiene, dando Jesús su vida por nosotros en la cruz. Aunque
hayamos hecho lo peor, la misericordia (el amor y el perdón) de Dios es más
grande. Por eso la jaculatoria es: “Jesús, en ti confío”
2. Pedimos perdón a Dios: Cada uno menciona una falta, por la que
quiere pedir perdón. Todos respondemos: Señor ten piedad de nosotros.
3. Oración: Dios de misericordia infinita, que reanimas, con el
retorno anual de las fiestas de Pascua, la fe del pueblo a ti consagrado.
Acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendan mejor
qué bautismo nos ha purificado, qué Espíritu nos ha hecho renacer y qué sangre
nos ha redimido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.
4. Lectura del Evangelio: Jn 20,19-31
19 Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando
cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a
los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté
con ustedes!». 20 Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los
discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. 21 Jesús les dijo de
nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los
envío a ustedes». 22 Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el
Espíritu Santo. 23 Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los
perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
24 Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba
con ellos cuando llegó Jesús. 25 Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto
al Señor!». Él les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos,
si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo
creeré». 26 Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la
casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las
puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». 27
Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano:
métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». 28
Tomás respondió: «¡Señor mío y Dios mío!» 29 Jesús le dijo: «Ahora crees,
porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».
30 Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus
discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. 31 Estos han sido
escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y
creyendo, tengan Vida en su Nombre.
Meditar el texto
El texto nos narra dos apariciones de Jesús resucitado a los
discípulos en dos domingos consecutivos. El evangelista aquí ya quiere aclarar,
que la reunión de los discípulos en el futuro va a ser el domingo, el día de la
resurrección del Señor. En la primera parte habla del perdón, que es un don del
Espíritu Santo que Jesús confía a sus Apóstoles. Aquí tenemos la razón por la
cual nos confesamos ante un sacerdote, porque es con el obispo, sucesor de los
apóstoles. La segunda parte nos habla del apóstol Tomás, el incrédulo, que se
hace creyente, porque Jesús le da una oportunidad de convencerse. Cuando Tomás
puede tocar las heridas de Jesús se convence, es perdonado y recupera su fe. La
respuesta de fe de Tomás la repetimos en la misa después de la consagración:
“Señor mío y Dios mío”.
Compartimos las siguientes preguntas:
- ¿A veces tienes Dudas en tu fe como Tomás? Por ejemplo:….
- ¿Qué le hizo superar sus dudas a Tomás y que te ayuda a ti?
- ¿En qué necesitamos hoy la misericordia de Dios?
- ¿Un Dios misericordioso va a castigar al pecador? ¿Qué va a
hacer con él?
Confesión de fe: Rezamos el Credo.
Peticiones: Cada uno pide algo a Dios en sus propias palabras.
Pueden rezar la coronilla de la Divina Misericordia:
https://www.youtube.com/watch?v=3iOpo1uv1Dc
Padre nuestro y Bendición: Los padres bendicen a sus hijos,
haciéndoles una cruz en la frente.
Himno de la Divina Misericordia u otro canto
Prelatura de Caravelí, P. Reinaldo Nann, Obispo
Prelatura de Caravelí, P. Reinaldo Nann, Obispo
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