Lectura
del santo evangelio según san Mateo 17, 10-13
Cuando bajaban del monte, los
discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Reflexión
del Evangelio de hoy
Dichosos
los que te vieron y se durmieron en el amor
Cuando comienzo a leer el texto
del libro del Eclesiástico en que, refiriéndose a Elías, afirma que su palabra
quemaba como antorcha, no puedo menos que figurarme a nuestro padre Santo
Domingo, que en su vida y predicación hacía presente al Dios Trinitario. ¡Qué
gran figura para nuestro Adviento!
El Señor llega. Ya el Antiguo
Testamento, en la inspiración profética, Israel espera con confianza, aun en
medio de las tribulaciones de tiempos difíciles, la venida del Mesías
prometido. Es la espera confiada que puede llamarse propiamente Esperanza, una
espera activa que el profeta Elías manifiesta con signos impresionantes… Si así
actuaba un profeta… ¡qué maravillas no nos vendrán por el Señor que lo envía y
lo sostiene!
La frase “Dichosos los que te
vieron y se durmieron en el amor” que Ben Sira escribe respecto a la esperanza
que suscita Elías es todo un eco de las Bienaventuranzas, una certeza del Amor
con el que Dios vivifica y llena de sentido la historia.
Os digo
que Elías ya ha venido
Tras el maravilloso relato de la
Transfiguración, San Lucas nos coloca este diálogo entre Jesús y sus discípulos
respecto a la ansiada venida del Mesías. Elías ya no es solo una aparición.
Acaba de estar entre nosotros, les dice, anunciando el tiempo mesiánico. No es
que “tenga que venir”: es que ya ha llegado en la persona de Juan el Bautista…y
los maestros de la Ley no lo han reconocido… Y entonces el Señor les hace
comprender, nos hace comprender la certeza de la Hora… en el padecimiento. Es
el signo de los Profetas, el del Mesías.
Pero ¿realmente lo entendemos?
¿Qué Mesías esperamos? ¿el de los maestros de la Ley: un Mesías guerrero,
victorioso…? ¿Un Mesías acomodado a nuestros intereses? Diría más: ¿Realmente
lo esperamos? O incluso ¿Queremos que venga? En el Evangelio Jesús nos explica
sin ambages, sin paños calientes que la Hora Mesiánica es una alegría, sí, pero
también un compromiso difícil que implica padecimientos… Jesús es el Mesías
Crucificado.
En este tiempo de Adviento
debemos estar muy pendientes de los profetas, porque Elías y Juan el Bautista
están muy presentes en nuestro mundo: con fuego, sí, pero también con denuncias
de las estructuras de pecado que nos rodean, con testimonios de sacrificios por
el Reino que viene… Y, entendiendo esto, preparar el camino al Señor, allanar
las montañas de las dificultades, vivir en la Esperanza comprometida como la de
María y, al igual que Ella, decirle que sí al Señor que viene.
“Esperar es un deber, no un lujo.
Esperar no es soñar, sino el modo de transformar un sueño en realidad. ¡Felices
los que tienen la audacia de soñar y están dispuestos a pagar el precio
necesario para que su sueño tome cuerpo en la historia de los hombres!”(Cardenal Suenens)
D. Carlos José Romero Mensaque,
O.P.
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/14-12-2019/
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