lunes, 23 de septiembre de 2019

San Pío de Pietrelcina, 23 de septiembre

El Cuerpo Incorrupto De San Pío De Pietrelcina (Archivo Zenit)

Uno de los más conocidos estigmatizados
«Uno de los más conocidos estigmatizados. Sufrió muchas pruebas, pero fue agraciado con numerosos dones y carismas. Es un moderno cirineo que no solo se abrazó a la cruz personalmente, sino que ayudó a otros a portarla»
Francesco Forgione es una de las figuras emblemáticas del siglo XX, extraordinariamente probado y aclamado como santo antes de su muerte. Lo inexplicable tuvo en él a uno de sus insignes representantes. Fue, sin proponérselo, vía de controversia para los incrédulos, de los que eligieron la razón como bandera. Es un instrumento del cielo para mostrar a los reticentes y al resto del mundo la grandeza y el poder infinito del amor de Dios, clave única de tanto misterio acogido sin dudar por los sencillos y humildes de corazón. Un caudal de dones: estigmas, bilocación, curación, profecía, lágrimas, penetración de espíritu, de perfume (sus estigmas olían a flores), etc., fueron llegando a la vida de este capuchino, que solo quiso ser «un fraile que reza», en medio de incontables sufrimientos, sirviéndole como peana para alcanzar la gloria eterna. «Los ángeles solo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios. Solo el sufrimiento nos permite decir con toda seguridad: Dios mío, mirad cómo os amo». Entendió perfectamente las palabras de Cristo: «Casi todos vienen a mí para que les alivie la cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla». Este moderno cirineo no vaciló; portó la cruz elegantemente hasta el fin de sus días, unido al Redentor, infundiendo aliento a los demás y ayudándoles a llevar la suya: «Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡coraje! y adelante siempre».
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