Lectura
del santo evangelio según san Lucas 4, 31-37
En aquel
tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la
gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le
intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El
demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle
daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.
Reflexión
del Evangelio de hoy
Por lo
cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis
1 Ts
5:11: “Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo
hacéis”. Esta es la clave del tema de la carta: Pablo quería animar a los
tesalonicenses, darles razones de sobra para seguir adelante a pesar de las
pruebas, de las persecuciones, de los problemas, de las enfermedades.
Dice Pablo: Cristo es nuestra esperanza, por eso vivimos para él o
morimos para él. Porque si tu fe se trata solo del aquí y del ahora, es muy
pobre, y no se sostendrá, para todo creyente lo mejor está por venir.
Secundando
la exhortación de san Pablo, estamos invitados a fomentar el gozo en nuestras
vidas por todas las bendiciones que Dios nos otorga y a volvernos a Él en una
oración perseverante y llena de gratitud. Gocemos de todo lo hermoso y bueno:
de los dones materiales y también, y sobre todo, de los dones espirituales, descubriendo
en ellos al Dador de todo bien, a Dios.
Procuremos
a lo largo de nuestra jornada diaria, en diversos momentos, el aliento
espiritual de la oración que nos ayudará a vivir siempre en su presencia y bajo
su bendición. Y, finalmente, que la gratitud sea una expresión continua que
brote de nuestros labios y que vaya acompañada de nuestras obras. Gratitud,
porque nos descubrimos destinatarios del amor infinito y misericordioso de un
Dios que tanto nos ama que viene nuevamente a nosotros cada día para llenar
nuestras vidas de sentido y de felicidad.
Da
órdenes con autoridad y poder
La gente
está impresionada porque Jesús habla con autoridad, la autoridad de su
integridad y carisma personal. A menudo corremos el riesgo de separar el
mensaje de su persona, reduciéndolo a un simple código moral. El Evangelio de
hoy no titubea en presentar la oposición que Jesús tiene que enfrentar cuando
expulsa demonios. No es extraño que nosotros encontremos tan difícil nuestras
luchas con el mal.
En este
Evangelio de San Lucas vemos claramente cómo Jesús va a la Sinagoga para
enseñar, muchos quedan asombrados al ver el poder de su enseñanza y cómo habla
con autoridad de ser Hijo de Dios, ser Dios hecho hombre entre los hombres;
pero también se encuentra con una situación concreta y particular.
San Lucas
va a relatar en este milagro de Jesús el poder del Señor, que hace que estos
espíritus impuros puedan reconocer su presencia. Por esa razón comienzan a
gritar y le dicen: ¿Qué quieres de nosotros? ¿Has venido para acabar con
nosotros, Jesús de Nazaret? Ya sé quién eres, el Santo de Dios. Jesús con poder
increpa a estos espíritus impuros y les da una orden: “¡Cállate y sal de este
hombre!”.
El texto
de Lucas relata claramente cómo el demonio salió del hombre, arrojándolo en medio
de todos, sin hacer ningún daño. El temor se apoderó de todos los hombres y
ellos se preguntaban de dónde venía este poder, esta autoridad y es así… La
palabra del Señor tiene poder en medio de los hombres, es una palabra capaz de
curar, sanar y tiene toda la fuerza que el Señor quiere manifestar en medio del
pueblo y de la comunidad.
Pidamos
que el Señor siga sacando estos espíritus impuros del mundo, de nuestra
sociedad, de nuestros corazones, para poder ser realmente libres en el anuncio
del Reino y la buena noticia que tiene que ver con la libertad de espíritu y
corazón, para seguir aprendiendo de Él que es el Maestro. El Evangelio cambia
el corazón, cambia la vida, transforma las inclinaciones al mal en propósitos
de bien.
¡El
Evangelio es capaz de cambiar a las personas! Por tanto, es deber de los
cristianos difundir por doquier su fuerza redentora, llegando a ser misioneros
y heraldos de la Palabra de Dios.
¿Cómo
puedo yo encontrarme con Jesús cada día y propiciar con mi experiencia de Dios
el encuentro de otros con Dios?
Hoy día 3
de septiembre, la Iglesia celebra la memoria de san Gregorio, Papa en la
segunda mitad del s. VI. Ha pasado a la historia con el apelativo de “Magno”
por sus escritos teológicos y espirituales, de notoria influencia en la vida de
la Iglesia; por su celo en la reforma de la sagrada liturgia enriqueciéndola
con nuevas plegarias; por su actividad misionera al promover la
evangelización de los pueblos barbaros, recién asentados en las Galias (Francia)
e Inglaterra.
Sacando
de la fuente de la sagrada Escritura doctrinas morales y místicas, Gregorio
hizo llegar hasta el pueblo las corrientes del Evangelio; y muerto sigue
enseñando. Para todos es el padre amante, cuyas preocupaciones son las de sus
hijos. Su honor es el de la Iglesia universal y su grandeza el ser y llamarse
"Siervo de los siervos de Dios", título que pasarán a utilizar desde
entonces todos los Papas.
Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio de San José (La Solana-Ciudad Real)
Monasterio de San José (La Solana-Ciudad Real)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/3-9-2019/
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