viernes, 15 de junio de 2018

Evangelio del día, 15-06-2018 (Décima Semana del Tiempo Ordinario, Año Par)


Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,27-32)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.»

Reflexión del Evangelio de hoy
Unge como profeta a Eliseo
Varios profetas del Señor fueron asesinados por orden de Jezabel, lo mismo que les ocurrió a los de Baal por sugerencia de Elías. Una guerra de religión en toda la regla. Al igual que Moisés, Elías en el Horeb vive una experiencia de Dios que lo cambia en profundidad y le hace ver los eventos de manera diferente. Elías se transforma en el reformador que sigue los pasos de Moisés, pues la alianza establecida con Yahvé está en peligro. El viento, el terremoto y el fuego, lugares habituales de la divinidad para Elías, darán paso al silencio, al susurro del paso del Señor, ante el cual el profeta cubre su rostro. A Dios nadie lo encierra en esquemas preconcebidos, ni siquiera su profeta Elías; y se comunica con sus hijos aún en el silencio de su aparente ausencia. Tras la visión o experiencia de Dios, viene la misión o triple unción. Emerge poco a poco la idea del resto fiel, el puñado de fieles que se salva de la catástrofe para garantizar la continuidad del pueblo elegido, argumento que explayarán los profetas.
El adulterio comienza en el corazón
La Antigua Alianza consideraba el adulterio como una violación del derecho exclusivo del hombre. El adulterio, además, no solo estaba prohibido por la ley, sino que también era considerado como un crimen vitando que lleva a la muerte y no era infrecuente en Jerusalén. El adúltero, por lo mismo, estaba excluido del Reino de los cielos, si bien Jesús de Nazaret retoca esta prohibición. El adulterio se inicia en el corazón, de donde emanan los deseos traducidos después en hechos. El texto deja constancia de algunos elementos propios de la cultura mediterránea de entonces: así, por el ojo se manifestaban algunos malos deseos; la mujer constaba como propiedad del hombre; la mano era el instrumento de la acción y quien traducía no pocos deseos del corazón. Según estos datos el mensaje evangélico parece claro: hay que actuar en el origen, allí donde se deciden los hechos, para que la mala levadura no contamine la masa. Y en lo referente a la separación conyugal, regulada por la ley judía, Jesús apuesta por la mujer, que era abandonada y estigmatizada a voluntad del hombre sin previa documentación ni proceso. Y el Maestro evocará más tarde el inicial designio del Creador, según el cual la unión del hombre y la mujer debe persistir para siempre.
¿Asumimos en la comunidad los retos que Amoris Laetitia presenta hoy al Pueblo de Dios?

Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/15-6-2018/

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